¿Quiénes llegan a alcanzarlo más fácilmente?
Es éste un tema que hemos tratado en varias ocasiones, pero tienen tantos ángulos que nos resulta interesante comentarlos.
Y nos viene a la mente el tema al conocer un caso interesante.
Un conocido no encontraba trabajo, recorrió empresas y oficinas públicas, y en todas no había una plaza para él.
Tenía muchas cosas a su favor, como un entusiasmo sin límites, una buena preparación y sobre todo irradiaba una buena imagen, pues se le veía optimista, positivo.
Así que considerando sus dotes ?diplomáticas? como se las ponderaban en las escuelas por donde fue pasando, decidió poner su propia empresa.
Tenía facilidad de palabra y su amabilidad le facilitaba las cosas, pues no presionaba sino que convencía con sus exposiciones.
Decidió pues vender los servicios de lo que conocía.
Asesoraba, aconsejaba, mostraba los mejores caminos para hacer inversiones.
Y todo lo hacía con seguridad y aplomo, pues no era un improvisado.
Tardaron, como es normal, los resultados, pero cuando fueron apareciendo lo hicieron en cascada.
Y así, el entusiasmo y la preparación dieron frutos.
Hoy, nuestro conocido tiene una empresa que sigue floreciendo y que depende solamente de su propia capacidad.
A la vida hay que buscarle los ángulos nuestros, los que nos tiene reservado el camino al éxito. No siempre se puede ir por una sola ruta o por un rumbo ya conocido pues hay qué ver qué hay al otro lado de la montaña, donde está lo aparentemente desconocido.