Empezó apenas el pasado 21 de junio a las siete de la mañana con 26 minutos.
Y su entrada la hizo trepando la onda de calor que abate estas regiones de nuestra geografía.
Y cuando estábamos casi en la cresta de la cálida oleada, aparecieron sorpresivamente las lluvias que se asomaron con tibieza el martes y se animaron más el miércoles para darnos un respiro de frescura y salvarnos por la noche de las altas temperaturas que nos agobian.
Hoy día, los pronósticos del tiempo son cada vez menos acertados.
El globo terráqueo está cambiando su temperatura cada minuto, como si su intranquilidad estuviera a tono con los tiempos que vivimos, llenos de inestabilidad y de zozobra.
Estos días que vivimos son los de mayor insolación, y han servido de pretexto para obligarnos a hacer un uso racional de la luz solar, tan larga y tan sufrida y cambiarnos hasta nuestro tiempo tradicional y meternos de lleno, queramos o no en el llamado ?Horario de Verano? que nos trae casi cada siete meses del año a mover las manecillas de nuestro reloj, ya para adelantarlo o para atrasarlo.
Con el calor vienen también los problemas de salud, sobre todo en los niños y en las personas mayores, por lo que es muy recomendable darles a beber agua, mucho agua para evitar deshidrataciones y otros problemas en su organismo.
Este verano nos parece más cálido que en otros años ¿o serán los años que hemos pasado en este valle?
Antes gustábamos de tomar baños de sol, hoy no, ya es prohibitivo pues hay también muchos problemas para la piel y la salud en general.
Así que lo mejor es buscar la mejor sombra o el mejor lugar para dejar pasar esta época que promete más tolvaneras y más ondas cálidas.