La más importante en el ser humano no empieza en las aulas de las escuelas, sino en el hogar.
Porque ésta irá marcando buena parte de la personalidad de cada quien.
De los padres, los hijos aprenden más de lo que aquéllos se imaginan.
Si en el hogar se estila el respeto, el buen trato, el afecto a los semejantes, eso podrán mostrar después los menores cuando vayan creciendo.
En cambio, si hay malos modos, insultos para todo mundo, amarguras, odios y rencores, también podrían heredarlos los menores de la casa.
Por ello, a cada pequeño que está en cada hogar, debe rodeársele de un entorno sano y respetuoso, porque se le irá ayudando a tener menos problemas en su vida personal.
Muchos psicólogos escolares se enfrentan cada día en cada escuela a lo que se llaman estudiantes problema. No necesitan escarbar mucho para encontrar pronto que esos alumnos por lo general vienen de familias con determinados conflictos, que muchas veces hacen crisis en los menores, testigos sin palabra de lo que aparece en su entorno.
En todos los hogares donde hay niños, es muy importante ayudarlos a crecer en un mundo lo más agradable posible, para que puedan desarrollar a plenitud sus capacidades. No tendrán el mismo desarrollo los pequeños que van creciendo donde hay familias desunidas.