Tener el hábito de la lectura.
Cómo ayuda, cómo sirve en la vida.
No sólo se adquiere cultura, sino que se conoce mejor el mundo en que vivimos.
Desgraciadamente hay mucha, muchísima gente que no tiene interés en la letra impresa.
No conoce mucho ni puede platicar de mucho.
Su mundo es muy limitado, no va más allá de lo que tiene su pensamiento.
En las escuelas, los maestros establecen pronto quiénes leen y quiénes no.
Sabe que la falta de interés por leer, el mismo texto que es obligatorio, irá limitando a esas personas..
Pero qué bueno que usted, que está leyendo esto, gusta de la lectura.
Podemos así entrar en su hogar y compartir experiencias bonitas que nos han llevado por todas partes.
Hemos podido andar por esos caminos del Señor conociendo y platicándole de todo lo que vamos viendo.
Y sabemos que nuestras experiencias tienen eco, pues tal vez lo animen a usted también a viajar, a conocer más allá de lo que alcanza su vista.
Del otro lado de la montaña hay cosas maravillosas. Y si le gusta leer, también podrá escribir y narrar todo lo que le acontece en su vivir.
Gustar de la lectura es gozar de la creatividad de muchos que anhelan compartirnos sus conocimientos, sus experiencias.
Tener el hábito de la lectura es tener el privilegio de empezar el día bien informado, primero leyendo nuestro diario favorito y después nuestros autores predilectos.
Es realmente incomparable, en tardes de Otoño e Invierno, ya al atardecer, cuando hemos realizado nuestras tareas habituales, sentarnos a leer un buen libro y a tomar una tacita de te o de café.
Y si en casa usted gusta de la lectura, estará enseñando a sus hijos y nietos, una forma de prepararse mejor para un mañana que no sabemos cómo vendrá.
Pablo Neruda dice en uno de sus poemas:
Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
