Para realizar tareas en bien de nuestra comunidad, no necesitamos cargos oficiales, ni puestos directivos.
Es más, ni dinero ni grandes esfuerzos.
Solamente mucha voluntad, muchas ganas de querer ayudar.
Muchos deseos desinteresados de servir.
Claro que primero hay que empezar por la casa.
Y luego por el entorno que nos rodea.
Este mundo sería diferente y mejor si todos pusiéramos sólo un granito de arena.
Haríamos montañas y edificios.
Qué bueno sería que más colaboraran para buscar becas para jóvenes de nuestra comunidad.
Para tocar puertas pidiendo por otros.
Para lograr algo para los que gustan del deporte.
Es cierto, a veces dan con la puerta en las narices pero otras veces ocurre lo contrario.
Nuestra comunidad siempre necesita algo para crecer y mejorar.
Todos podemos ayudar un poco.
Recordamos a una señora de edad que vivía cerca de nosotros en nuestro pueblo y decía: Si cuando menos todos barriéramos el frente de nuestras casas, tendríamos una población más bonita, más acicalada.