EL BALANCE
Nuestra propia cuenta general
En la que un día nos debamos enterar de qué hicimos y qué nos faltó.
Y es que cuando han pasado ya un buen número de años de nuestra estancia en este valle, es importante detenernos para hacer nuestro propio balance.
Para conocer con claridad y certeza cuáles son nuestros activos y nuestros pasivos.
Pero no en números, sino en acciones de vida.
Quizá lleguemos a la conclusión de que salimos debiendo.
Tal vez no hayamos llenado las expectativas que nosotros tuvimos allá en nuestra niñez de lo que queríamos hacer en la vida.
Es posible que no hayamos logrado lo que muchos conocidos nuestros, que hoy tienen fortunas y viven en palacios.
Pero también es posible que hayamos realizado cosas meritorias de apoyo al prójimo, especialmente dentro de nuestra misma familia, que quizá sean nuestro único haber, nuestro capital de acciones de vida.
Al mirar nuestro estado de cuenta, es posible que tomemos la decisión de hacer todavía algo, pues quizá nos quede un cierto tiempo para corregir errores y establecer nuevas metas.
En la vida el acumular riquezas no lo es todo. Claro que el dinero da cierta tranquilidad y muchas comodidades , pero un buen vivir también es algo que no necesita de riquezas materiales.
Al hacer su propio balance, no se mortifique por no haber acumulado riquezas y bienes materiales, siéntase bien si no ha desperdiciado su vida y ha hecho lo que las circunstancias le han permitido para ir saliendo adelante.
Viva bien y ayude a vivir mejor a quienes están a su lado.
