Washington, (EFE).- Muchos niños estadounidenses son demasiado gordos para los asientos de seguridad estándar de los automóviles, según un nuevo estudio que indica que los fabricantes han comenzado a producir sillitas infantiles más grandes.
Más de una cuarta parte de un millón de niños de entre uno y seis años de edad tienen demasiado peso para los asientos tradicionales, y la mayoría de ellos son pequeños de tres años que pesan más de 18 kilos, según el estudio de la Universidad Johns Hopkins, que aparece publicado en el número de abril de la revista "Pediatrics".
Los expertos consideran que, a menos que sea excepcionalmente alto, un niño de tres años con más de 18 kilos padece de sobrepeso.
Lara Trifiletti, principal autora del estudio, dijo que los investigadores de un centro sobre seguridad del Hospital Johns Hopkins se interesaron en el tema tras observar que había niños obesos y que era difícil encontrar asientos para acomodarlos.
Trifiletti trabaja ahora en el Centro de Investigación Infantil de la Universidad Estatal de Ohio y realizó el estudio durante su estancia en Johns Hopkins.
Los investigadores destacan que utilizar un asiento inapropiado para niños con exceso de peso puede aumentar el riesgo de heridas en casos de accidente.
Trifiletti dice que el fenómeno afecta sobre todo a pequeños cuyo peso supera los límites establecidos para las sillitas estándar diseñadas para niños de entre uno y tres años que pesan hasta 18 kilos.
Esos pequeños no son lo suficientemente maduros o altos para utilizar los asientos recomendados para niños de cuatro y más años.
Según las estadísticas nacionales y los datos del Censo de 2000, existen al menos 283 mil niños de entre uno y seis años con exceso de peso para los asientos estándar.
En ese grupo se encuentran 190 mil niños de tres años, el equivalente al cinco por ciento de los pequeños de esa edad en EU, según los investigadores.
Entre las firmas que ya han introducido, o planean introducir, asientos reforzados figuran Britax y Dorel Juvenile Group.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Michigan divulgado y publicado en la edición de abril de la revista "Archives of Pediatric and Adolescent Medicine" advierte de los riesgos de ver demasiada televisión.
Según el análisis, los niños de tres años expuestos a dos o más horas de televisión diarias tienen tres veces más posibilidades de ser obesos que los que ven la televisión o están en una sala con la televisión encendida durante menos de dos horas diarias.
Los investigadores de Michigan estudiaron a mil 016 niños de entre tres y cuatro años y medio.
En un hogar típico estadounidense la televisión está encendida una media de siete horas diarias.
