La señora le dice a su maduro esposo: "Si vas a usar Viagra tómate la pastilla con agua mineral". El hombre le pregunta: "¿Para qué?". Responde la señora: "Para que repitas"... Un amigo de Babalucas le comenta: "Me gustan las mujeres con muchas tetas". Y dice el badulaque: "Yo las prefiero naturalitas, nada más con dos"... Capronio, hombre egoísta y rudo, logró que Rosilí fuera con él a su departamento. La condujo a la recámara y ahí empezaron las acciones del foreplay. Viendo que su galán no daba trazas de tomar ninguna precaución Rosilí le insinúa: "Me gusta el sexo seguro". "Qué bueno que me lo dices -replica el incivil sujeto-. Pondré una almohada para que no te vayas a golpear en la cabecera de la cama"... Palmerio era fanático golfista. Todos los días jugaba su deporte. Una vez regresó a su casa después de hacer el diario recorrido por los greens, y se encontró con la funesta novedad de que su esposa había sido secuestrada. En el teléfono había un mensaje de los criminales: "Si quiere recuperar a su mujer vaya al club de golf mañana a las 12 del mediodía y deje en el hoyo 17 una bolsa con 100 mil dólares en efectivo". Al día siguiente los secuestradores se situaron tras unos árboles en espera de la llegada de Palmerio. Dieron las 12 y Palmerio no llegó. Dieron la una, las dos, y Palmerio no hizo acto de presencia. A eso de las 3 de la tarde los plagiarios se disponían a retirarse ya, dispuestos a cumplir su amenaza de muerte, cuando Palmerio apareció por fin y puso el dinero en el hoyo 17. Uno de los criminales va con él y le dice: "¿Por qué tardó usted tanto? Ya íbamos a liquidar a su mujer". Responde Palmerio: "Vine muy a tiempo, pero al llegar al club me dije: ?Qué ch..., aprovechando que ya estoy aquí voy a hacer mi recorrido?. Y tardé en llegar aquí porque, la verdad, ando bajo de juego"... Esto que sigue no es un cuento, sino una analogía. Cierto mánager puso a su boxeador de peso mosca a pelear con un peso completo. En el primer round el mastodonte noqueó al peleadorcito. Cuando el desdichado púgil volvió en sí le dice con acritud el manager: "Te faltó competitividad". El Estado mexicano les pide a nuestros empresarios tener competitividad frente a los extranjeros. Pedirles eso no sólo es injusto, sino además es insensato. ¿Cómo puede pedirles competitividad si los energéticos cuestan aquí mucho más que en los países desarrollados; si los gravámenes fiscales son onerosos y enredados; si falta infraestructura, o es deficiente; si los trámites burocráticos son una maraña; si la legislación laboral es obsoleta; si todo aquí es más caro que en otras partes, comenzando por el teléfono; si a los costos hay que cargarles el de la corrupción; si no hay seguridad ni estímulos? Insensato e injusto fue aquel manager cuando reprendió a su boxeador de peso mosca por haber perdido frente al de peso máximo. Igual nuestro Gobierno: es mánager que no sólo pide a sus peleadores de peso mínimo que compitan con los de peso máximo, sino que además los manda a la pelea con los ojos vendados y las manos amarradas. Dé el Gobierno a los empresarios mexicanos las mismas ventajas que tienen los empresarios de otros países, y entonces sí pídales competitividad... Sigue una historia de dudoso gusto. Aquel individuo se presentó ante un agente de espectáculos y realizó un acto sorprendente: se insertó una espada en salva sea la parte y la hizo desaparecer dentro de sí. "¡Oiga, amigo! -exclama espantado el empresario-. ¡Se va usted a lastimar por dentro!". "No se inquiete -lo tranquiliza el tipo sonriendo con suficiencia-. La verdad es que hay un truco en esto: primero me inserto la vaina"... FIN.
