Ella a él: "Tengamos una bonita relación. ¿Para qué necesitamos sexo?". Él a ella: "Mejor tengamos sexo. ¿Para qué necesitamos una bonita relación?"... Un señor llega con el médico y le dice: "Doctor: encontré a mi mujer en brazos de otro. Ella me dijo: ?Tomemos un café y hablemos de esto como adultos?. La perdoné, y al mes la hallé con otro. Ella me volvió a decir: ?Tomemos un café y tratemos de resolver nuestro problema?. Un mes después sucedió lo mismo: la encontré con otro hombre y me dijo de nuevo: "Tomemos un café y encaremos la situación con madurez?. ¿Qué piensa usted, doctor?". "Amigo -responde el facultativo-. Me temo que se equivocó usted de profesionista. Lo que necesita es un abogado". "No, doctor -replica el sujeto-. Quiero que me diga si no me hará daño tomar tanto café"... Ella a él: "Sueño con un hombre que me lleve a su penthouse, beba champaña conmigo, ponga música de Elton John a media luz y me haga el amor frente a la chimenea de troncos sobre una piel de tigre siberiano". Él a ella: "Pues vamos a mi cantón, chula. Tengo un six de cheve; varias rolas de ?Los traileros contrabandistas? y dos focos fundidos; quemaré algunos periódicos y despellejaré un conejo"... Una chica le preguntó a su padre: "¿Qué te parece mi vestido, papi?". Contesta el señor: "Hija: no sé si estás afuera tratando de entrar o estás adentro tratando de salir"... En el consultorio médico la joven muchacha termina de vestirse, y el maduro médico también. Le dice ella: "Lo encuentro muy bien, doctor. Pero por si las dudas le haré un nuevo examen dentro de dos semanas"... Una señora sorprendió a su añoso marido en eficaz trance de amor con la criadita de la casa. "¡Maturino! -le dice acongojada-. ¿Cómo puedes hacer esto?". "Bueno -explica él-. Me alimento sanamente, me vitamino, procuro dormir bien, hago ejercicio..."... Don Poseidón, hombre tosco y machista, se inquietó al ver muy preocupado a su retoño. "¿Qué le pasa, m´hijo?" -le preguntó con ronco, pero solícito acento. Responde el muchacho: "Traigo un lío de faldas, ?apá". "¡Ése es m?hijo!" -se alegra el rudo genitor. "Sí -continúa el muchacho-. No sé cuál de estas dos ponerme"... El encuestador le pregunta a la muchacha: "¿Eres partidaria del sexo antes del matrimonio?". "Sí -responde ella-. Pero rapidito, para no hacer esperar mucho a los invitados"... Don Avaricio y su esposa iban por la carretera, y el coche se les descompuso. La noche era de las más frías del invierno -menos de 15 grados Celsius bajo cero-, y nevaba copiosamente. "¡Santo Cielo! -clamó con desesperación la esposa-. ¿Qué vamos a hacer ahora?". En eso vieron luces de un vehículo que se acercaba. Era un camión pesado. Le hicieron señas, y el camionero se detuvo. "Por favor, amigo -le ruega don Avaricio-. Llévenos al pueblo más cercano". Responde el individuo: "Los llevaré por 100 pesos". "No traigo dinero -responde don Avaricio-. Mire". En efecto, le muestra la cartera vacía. "Entonces -dice el tipo-, que la señora haga el amor conmigo". Don Avaricio se vuelve hacia su esposa y le dice: "Ni modo, vieja. Tendrás que sacrificarte, o moriremos los dos aquí de frío". La esposa cede a las instancias del sujeto, y luego éste los lleva al pueblo vecino, que estaba a 20 metros de distancia, pero con la nevada no se veía. Entran los esposos a un restorancito, y don Avaricio pide un café para los dos. "¿Con qué lo vas a pagar?" -se inquieta la señora. Don Avaricio se quita el zapato. Ahí traía un billete de 100 pesos. "¡Santo Cielo! -clama la señora, cuyo catálogo de interjecciones era bastante limitado-. ¿Por qué no le diste los 100 pesos al trailero? ¡Me habrías ahorrado esa vergüenza, esa tremenda humillación!". "No -responde don Avaricio-. Este billete lo traigo únicamente para casos de emergencia"... FIN.
