Lo prometido es duda. Eso en el caso de nuestros políticos, que son casi todos hombres de una sola palabra: "Rájome". Por lo que a este espacio se refiere lo prometido es deuda que se paga siempre. O casi siempre, pues a veces la noble elevación de los propósitos supera a la cortedad de medios para realizarlos. Prometí ayer la publicación de la descomedida narración llamada -como el tango- Fumando espero. Hoy cumplo tal ofrecimiento. Busquen mis cuatro lectores el relato al final de esta columnejilla... No hay una sola izquierda, igual que no hay una derecha sola. Abismal diferencia existe entre la moderna izquierda que hay en Chile, liberal, democrática, apegada al orden jurídico, respetuosa de los derechos de los ciudadanos, y la anticuada izquierda marxista-leninista del venezolano Chávez, izquierda caudillista, con tendencias dictatoriales y conculcadora de la libertad. En el caso del nuevo Gobierno de izquierda que Evo Morales encabeza ya en Bolivia, no temo tanto a los posibles excesos del nuevo Presidente como a su falta de preparación para ejercer las tareas de Gobierno. Da la impresión Morales de ver más al pasado que al futuro. Sus invocaciones al Che Guevara y -¡por favor!- a Marcos hacen pensar que el flamante dirigente boliviano profesa una izquierda elemental, simplista, que sin el freno de un Congreso independiente, de una ciudadanía participante y de medios de comunicación críticos podría devenir en un régimen autoritario que dividiría a los bolivianos por causas de condición social o raza, y que, con la bandera de hacer justicia a los pobres, caería en los extremos de la demagogia que anula toda Ley o la hace a su medida. Detesto ser profeta de catástrofes, pero nada bueno puede esperar Bolivia de la inocencia política que muestra Evo Morales. La antigua sabiduría indígena puede ser literariamente bella, y tener hondas raíces filosóficas, pero quizá no sirva mucho cuando se trata de gobernar una nación en un mundo globalizado, y en el tiempo actual... Sigue ahora el vitando cuento intitulado: Fumando espero. Las personas de extrema derecha no deberían leerlo... Aquel hombre era un fumador empedernido. Fumaba como chacuaco el infeliz. ¿Qué es un "chacuaco"? En México la palabra chacuaco significa "chimenea". Según el insigne lexicógrafo don Cecilio Robelo, la voz "chakuaku" equivale en lengua purépecha a "sahumerio". Fumaba como chacuaco, pues, aquel sujeto. Fumaba sin cesar; con un cigarro encendía el otro. Su esposa, harta ya de aspirar las pestilentes emanaciones que a todas horas despedía su fumoso cónyuge, le dijo un día: "Esto no puede continuar así, Bachicho. Te estás matando, y me estás matando a mí. He pensado en una drástica medida a fin de conseguir que dejes de fumar. Y la medida es ésta: mientras sigas fumando no haré el amor contigo. A partir de hoy me declaro en huelga de piernas cruzadas, y en esa huelga seguiré hasta que no renuncies al sucio vicio que te tiene esclavizado y que puede acabar con tu salud y con tu vida". Al día siguiente el hombre le contó a un amigo lo que le había pasado. "Mi esposa -le dijo- me anunció que no tendrá relación carnal conmigo mientras no deje de fumar". "¡Qué barbaridad! -se consterna el amigo-. Me pregunto cuánto tiempo aguantarás sin tener sexo con tu esposa". Responde con toda calma el fumador encendiendo otro cigarrillo: "Aguantaré mientras viva una amiguita que tengo. Y aun faltándome ella seguiré fumando mientras no sufra alguna enfermedad que me impida el movimiento de la mano"... FIN.