Acnecito, muchacho adolescente, era una verdadera lata. Su papá se juntaba con amigos a jugar poker, y el importuno crío se ponía atrás de los jugadores, revelaba las cartas que tenían y los molestaba con imprudentes comentarios. El padre del mozalbete le pedía que se fuera, pero Acnecito regresaba a poco y volvía a molestar. Uno de los amigos se levanta y se lleva a Acnecito a otra habitación. El latoso muchacho no se volvió a aparecer en toda la tarde. Sólo se presentó, ojeroso y lánguido, cuando ya el juego había terminado. El papá del adolescente le pregunta al amigo que se lo había llevado: "¿Qué hiciste para que nos dejara jugar?". Contesta el tipo: "Le enseñé cómo jugar con él mismo"... Avaricio, hombre cicatero, pensó en un modo de combinar el placer con la economía. Se compró una alcancía en la forma del típico marranito, y cada vez que él y su esposa hacían el amor depositaba en la hucha un billete de 20 pesos. En cierta ocasión tuvo necesidad de un poco de dinero, y quebró la alcancía. Entre los billetes de 20 pesos vio muchos otros de 50, 100, 500 y hasta mil pesos. "¿Y este dinero?" -le pregunta a su esposa. Responde ella. "No todos los hombres son tan agarrados como tú"... Reconozcamos que México está cambiando para bien. No hace mucho tiempo vivíamos en aquel país del: "¿Qué horas son?". "Las que usted diga, señor Presidente". Ahora vivimos en otro país distinto, en que un órgano de ciudadanos pide al Presidente que modifique el texto de un mensaje suyo, y el Presidente acata esa determinación. En efecto, el Instituto Federal Electoral hizo una recomendación al Gobierno de la República en el sentido de quitar de un mensaje promocional del presidente Fox la frase: "... Si seguimos por este camino, mañana México será mejor que ayer". Dicha expresión fue juzgada por los partidos opositores, con razón, como una forma de impulsar la candidatura del candidato panista a la presidencia de la República. Es encomiable la actitud de Fox, de respeto a la legislación electoral y a los acuerdos de la autoridad correspondiente. Eso contribuirá a que el proceso de elección se lleve a cabo con la equidad y transparencia que los ciudadanos reclaman y la ley prescribe... En tiempos de Einstein la señora Abrams, sencilla ama de casa, no podía entender el éxito que había alcanzado ese hombre, y la mucha publicidad que recibía. Le pregunta a su hijo, estudiante de universidad: "Pues ¿qué es lo que hace ese tal Einstein?". Replica el muchacho: "Es el científico más grande de este siglo. Es autor de la teoría de la relatividad". "¿Qué es eso?" -vuelve a inquirir la señora. "Bueno -vacila el muchacho-, es un poco difícil de explicar. Te pondré un ejemplo: si un joven está con su novia, una hora le parecerá un minuto; pero si se sienta sobre una estufa caliente, un minuto le parecerá una hora". Exclama con asombro la señora Abrams: "¿Y con semejantes indejadas ese hombre se gana la vida?"... La esposa se sorprendió al ver a su marido llorando quedamente en la sala. "¿Qué te pasa? -le pregunta-. ¿Por qué lloras así?". Contesta el señor entre sus lágrimas: "No sé si lo recuerdes, pero hoy exactamente hace 20 años hicimos el amor en el asiento de atrás de mi coche". "No tenía presente la fecha -responde la mujer-, pero claro que recuerdo eso". Prosigue el marido: "Tú eras menor de edad, y tu papá nos sorprendió. Me dijo que si no me casaba contigo me echaría en la cárcel por 20 años". "También recuerdo eso -replica la mujer-. Pero, dime: ¿por qué lloras?". El hombre estalla en convulsivo llanto y clama: "¡Hoy estaría saliendo!"... "Doctor -le pregunta la muchacha al ginecólogo-, ¿puedo contraer una enfermedad venérea en un sanitario público?". "Por supuesto -responde el facultativo-. Si se sienta antes de que el otro se levante"... FIN.