Don Poseidón y su esposa doña Holofernes discutían acerca de quién es más inteligente: el hombre o la mujer. Ambos, claro, abonaban la inteligencia de su respectivo sexo. Doña Holofernes propuso un modo de salir de dudas: en el pueblo había dos tiendas de abarrotes, la de don Chinguetas y la de Aquilina. Someterían a los dos a una misma prueba, y verían cómo reaccionaban ambos. Fueron primero a la tienda de don Chinguetas. Le pregunta doña Holofernes: "¿Tiene usted tazas para zurdos, con el asa al lado izquierdo?". Lleno de confusión contesta el de la tienda: "No tengo de esas tazas. Tengo de las normales nada más, con el asa a la derecha". Se dirigieron luego los esposos a la tienda de Aquilina, y doña Holofernes le hace la misma pregunta: "¿Tienes tazas para zurdos, con el asa al lado izquierdo?". Sin vacilar responde la mujer: "¿De qué color las quieren?". "Del que sea" -dice doña Holofernes. Aquilina trae varias tazas y las pone sobre el mostrador de modo que el asa quedara al lado izquierdo de los compradores. Doña Holofernes escoge una, la paga, y salen los dos del establecimiento. "¿Lo ves? -le dice doña Holofernes a don Poseidón con tono victorioso-. ¿No te dije que las mujeres somos más inteligentes que los hombres?". Replica don Poseidón. "Eso no demuestra nada. Lo que pasa es que la tienda de Aquilina está mejor surtida que la de don Chinguetas"... Mi más reciente libro, "Subibaja", es un espejo que me refleja tal cual soy -tal cual somos-: un compuesto de espíritu y materia, de alma y cuerpo. En las páginas de "Subibaja", libro hecho por Diana, mi insigne casa editorial, se alternan cuentos de travesura con reflexiones sobre las cosas del mundo y de la vida. En igual modo alternativo, creo, vamos por el camino todos: nos llaman unas veces las materialidades cotidianas, y otras oímos las voces de la trascendencia. El arte de vivir consiste en armonizar ambas dimensiones, en conseguir que los afanes del alma no atenten contra lo que debemos a nuestro cuerpo, ni las demandas de éste nos alejen del espíritu. El próximo domingo, a las 4 de la tarde, en el bellísimo Palacio de Minería de la Ciudad de México, presentaré mi libro, "Subibaja". Más bien dicho: me presentaré yo en cuerpo y alma presentes. Narraré historias que en los periódicos no narro, pues sólo se pueden decir ante prójimos también presentes, así de personales son, e íntimas. Diré por qué escribo lo que escribo, y trataré de explicar cómo viven en mí, y conviven sin reñir, ese pícaro diablillo y ese angelito aturrullado que vienen en la portada que Diana hizo para "Subibaja". Espero encontrarme contigo, que eres uno de mis cuatro lectores. Conversaremos como amigos, que eso deben ser el escritor que escribe y el lector que lee: amigos. Responderé preguntas y firmaré libros hasta que el cuerpo aguante (y el alma). Domingo 5, pues, a las 4 de la tarde, en Minería. Ahí nos veremos y nos hablaremos... Rosilí, muchacha ingenua, le dice muy contenta a su flamante maridito: "¡Estoy embarazada! ¡Y van a ser gemelos!". Pregunta el muchacho: "¿Cómo puedes saber desde ahora que van a ser gemelos?". Contesta Rosilí animadamente: "¡Porque me hice dos veces la prueba de embarazo, y las dos resultaron positivas!"... Cierto político pasó un rato agradable con una linda muchacha en un motel de pago por evento. Al término de las acciones el hombre le dio mil pesos a la chica. "Gracias -responde ella-, pero cobro nada más 50 pesos". "No es posible -se asombra el político-. Es demasiado poco. ¿Cómo puedes vivir con eso?". "Bueno -explica modestamente la muchacha al tiempo que desactivaba la cámara de video que había tenido funcionando oculta en su bolso-. Me ayudo con un poquito de chantaje"... FIN.