Babalucas se consiguió un trabajo que consistía en cavar zanjas. Lo pusieron junto a un chaparrito muy jalador. A media jornada llega el capataz, compara el trabajo de los dos y dice a Babalucas: "-No te estás esforzando lo suficiente. El chaparro ha escarbado mucho más que tú?. "-¡Caón! -protesta muy enojado Babalucas-. ¡Pos es que él tiene el suelo más cerca que yo!?... "-Glafira -dice en el teléfono una chica a otra-. ¿es cierto lo que se dice de ti, que andas con un enano?". "-¿Y que quieres qué haga? -responde la tal Glafira-. El doctor me puso a dieta"... Temible ralea es la de los springbreakers. Un buen amigo mío, dueño de un hotel en Cancún, optó finalmente por cerrar las puertas de su establecimiento a los jovenzuelos -y jovenzuelas- norteamericanos que en estos días lo ocupaban en su totalidad. Sucede que el año pasado esos muchachos se despidieron arrojando al vacío simultáneamente, desde las ventanas de los pisos altos, el televisor que había en cada cuarto. Peor todavía: en un año anterior a los mozalbetes les dio por demostrar su hombría pasando de una habitación a otra por la cornisa exterior, en equilibrio que se hacía aún más precario por el estado de intoxicación de los adolescentes. Uno perdió pisada y se mató, y mi amigo hotelero hubo de afrontar una demanda de millones planteada por los padres del muchacho, que alegaban falta de seguridad en el local. ¿Por qué sucede esto? Porque en el extranjero ya se sabe que México no es un país de leyes, y que se puede obrar a voluntad sin afrontar el riesgo de un castigo, o librándose de él a cambio de dinero. Cosa muy triste es que cuando los viajeros mexicanos vamos al extranjero somos muy respetuosos de las leyes del país que visitamos, y cuando los extranjeros vienen aquí muchos de ellos, como los springbreakers de ya muy mala fama, asumen conductas delictuosas. Y es que la corrupción deriva siempre en inseguridad; la lenidad en la aplicación de la ley termina por dar impunidad a quienes la violan, sean mexicanos o extranjeros. México no podrá ser nación moderna, mientras no sea una nación de leyes. De leyes que se cumplen... Eran dos socios en una fábrica de productos químicos. Le dice uno al otro: "-Supe que vas a salir esta noche con Rosibel, mi secretaria. Te vas a aburrir, es muy sosa?. Al día siguiente llega el otro con una sonrisa de oreja a oreja. "-Te equivocaste -le dice al socio-. Me dijiste que Rosibel era sosa, pero conmigo actuó como potasa?... La esposa de Empédocles le reclama con indignación: "-¡Tu borrachera dura ya seis días! ¡Eso no lo voy a consentir!?. Responde Empédocles: "-Me la voy a cortar?. "-¡Oye, no! -se asusta la mujer-. ¡Lo único que quiero es que ya no tomes!?... "-Me acuso, padre -se confiesa el joven- de que anoche hice el amor con Bustolina Granderriére?. Pregunta el sacerdote: "-Esa mujer ¿no es una señora joven, guapa, morena, de ojos verdes, con busto prominente, cadera grande y piernas bien torneadas??. "-Ésa es? -dice el muchacho-. "-Pues no te puedo dar la absolución? -le informa el señor cura-. "-¿Por qué?? -se sorprende el joven-. Responde el confesor: "-Porque si me dices que estás arrepentido no te lo voy a creer?... FIN.