Se encuentran dos viejos amigos y uno le dice al otro: ?Algo tremendo nos pasó a mi esposa y a mí. Llevábamos 20 años de casados y no habíamos tenido hijos. Por fin una vez creímos que mi mujer estaba embarazada. El vientre le iba creciendo cada día. Pero el médico dictaminó que no había embarazo: aquello era puro aire". "Qué lástima ?se conduele el otro-. Pero en fin, eso ya pasó". "No ha pasado ?dice mohíno el tipo-. Ahora todos los niños del pueblo me persiguen para que les infle con la ésta las llantas de sus bicicletas"... Llegó el siquiatra a su casa y sorprendió a su esposa en brazos de un desconocido. "¡Harlota! -clama el analista dirigiéndose a su mujer-. ¿Qué significa esto?". "Tú has de saber -responde ella-. ¿Qué no eres siquiatra?"... Mamá polilla le advierte a su hijito: "Si no te comes todo tu algodón no te daré tu seda"... Babalucas se queja con el médico: "Todas las mañanas, al salir de la cama, siento un terrible dolor en la cabeza". "Sí, doctor -confirma su mujer, que iba con él-. Pero es que no me hace caso. Le digo que primero se bajan los pies"... Se divorció una pareja. Al día siguiente de consumada la separación sonó el teléfono de la casa, con la cual se había quedado la señora, y una voz masculina pregunta por el hombre. "Ya no estoy casada con él" -responde secamente la mujer. Poco después suena otra vez el teléfono. "¿Está el señor?". "Ya no estoy casada con él" -repite ella, molesta. Y así, lo mismo: cada 15 minutos sonaba el teléfono; alguien buscaba al sujeto; y la mujer volvía a decir: "Ya no estoy casada con él". Después de diez llamadas semejantes la señora cayó en la cuenta de que era su ex marido quien estaba hablando. "¿Por qué haces eso? -le pregunta furiosa-. ¡Ya no estamos casados!". "Es que todavía no lo puedo creer -replica el tipo-, y necesito oírlo una y otra vez para convencerme"... Empédocles llegó a su casa, como de costumbre, a altas horas de la madrugada y bien borracho. Iba temeroso de la recepción que le daría su mujer, quien seguramente a esas horas ya estaría hecha una furia. En el momento en que llegó un ladrón estaba tratando de abrir la puerta de su casa. "-Yo te abro -le dice Empédocles-, pero entras tú primero"... Las carreteras de México se llenarán de vehículos en esta temporada. Manejar bien, con prudencia y en condiciones de seguridad, es requisito indispensable si no queremos que nuestras vacaciones se conviertan en tragedia. Revisar nuestro vehículo antes de salir, sobre todo en lo que se refiere a los frenos y las llantas; obedecer las señales de carretera, especialmente las relativas a los límites de velocidad y las que advierten no rebasar; evitar manejar cansado o bajo el influjo del alcohol; llevar siempre puesto el cinturón de seguridad; traer encendidos los faros del automóvil cuando se va en carretera; todas esas medidas, entre otras, ayudarán a conducir sin riesgos. Recordemos aquella verdad según la cual después de un accidente la vida ya nunca vuelve a ser la misma, y hagamos de nuestro viaje una ocasión placentera, para rememorar después con gusto, y no algo que enturbie nuestro paseo o, peor aún, nuestra vida y la de nuestros seres queridos... El señor y la señora celebraron 50 años de casados, y fueron al mismo hotel en el que habían pasado, hacía medio siglo, su luna de miel. Sale del baño el añoso señor y dice con triste voz a su esposa: "Viejita: fíjate que ahorita que fui al pipisrum me mojé los zapatos". "Igual te sucedió hace 50 años, gordito -responde ella evocadoramente-. Sólo que entonces lo que te mojaste fue la corbata"... (No le entendí)... FIN.