La familia se disponía a regresar de sus vacaciones en Acapulco. En ese momento Pepito se dio cuenta de que había olvidado algo en la habitación del hotel. Cuando llegó a la puerta se encontró con que el cuarto había sido ocupado ya por una pareja de recién casados. A través de la puerta se oían las apasionadas expresiones del novio: "¡Mi vida! -le decía con vehemencia a su flamante mujercita-. ¡En ti he encontrado el amor; he encontrado perfecta compañía; he encontrado paz; he encontrado felicidad....". Le grita Pepito: "¡Si encuentras un tenis rojo, es mío!"... Babalucas visitaba por primera vez la cabina de un jet. "Y ése que parece relojito ¿qué es?" -le pregunta al piloto. "Es un aparato para contar las revoluciones" -responde éste. Y pide Babalucas, sin dar crédito: "A ver, dígale que me cuente la rusa"... Las gallinas dormían en su gallinero cuando fueron despertadas por el canto de una pobre lechuza que en la rama de un árbol tiritaba de frío. "Jú, jú", -cantaba tristemente la lechuza. Las gallinas, compadecidas, la invitaron a entrar en el gallinero, y muy acurrucadita entre ellas la lechuza por fin pudo dormir. Al día siguiente llegó el gallo al gallinero. Vio a la lechuza y fue hacia ella. "¡Jú, jú!" -gritó angustiada la lechucita al ver esa amenaza. ?Soy yo - responde el gallo: "Y aunque hables inglés te voy a hacer lo mismo que a todas las demás"... "Querida Doctora Corazón: cada vez que mi marido y yo estamos en la intimidad él cierra los ojos de principio a fin. A mí me da pena preguntarle por qué. ¿Podría usted explicármelo? Desesperada". "Querida Desesperada: para poder contestarte necesito una fotografía tuya. Atentamente. La Doctora Corazón"... Ésta era una muchacha que tuvo la peregrina idea de hacerse tatuar en el busto los retratos de dos novios que había tenido, y a los cuales había amado mucho. Pasaron los años, y en una reunión de antiguos alumnos los encontró a los dos. El ambiente de nostalgia y confidencias la llevó a revelarles a ambos aquel secreto, y les mostró sus respectivas imágenes. Después ellos comentaban el suceso. Le pregunto una al otro: "¿Qué piensas de lo que hizo Bustolina?". Contesta el otro: "No me gustó nada. Dentro de poco tiempo vamos a andar los dos por ahí con las caras largas"... Había un comerciante árabigo que tenía en su tienda una empleada poco inteligente. "Charolita -le decía el comerciante-, haga esto. Charolita, haga esto otro". La muchacha, intrigada, le pregunta a su patrón: "Oiga, señor, ¿por qué me dice ?Charolita??". "-Bor no decirte Bandeja", -le responde con gran franqueza el comerciante... Una mujer fue con el siquiatra. "No sé qué me pasa, doctor -le dice-. Siempre tengo deseos de estar con un hombre. Por la mañana, por la tarde, por la noche, a todas horas siento ese deseo. ¿Qué tengo?". Le indica el analista: ?Pienso que es usted ninfomaníaca". "¿Cómo dijo?" ?se inquieta la mujer. "-Ninfomaníaca" -repite el siquiatra. "-Anóteme la palabreja por favor, doctor -pide ella-. Y con todas sus letras, porque la que me dicen se escribe nada más con cuatro"... En el asiento de atrás del automóvil el ardiente galán trataba de convencer a su dulcinea, muchacha llena de escrúpulos y de temores. "-Vamos, Rosibel -le decía labioso-. ¿No ves cómo la flor del amor abre sus pétalos? ¿Por qué con tu desvío e indiferencia haces que se marchite esa divina flor?". Replica Rosibel: "-La flor está bien. Lo que me da miedo es la posibilidad del fruto"... FIN.
