Las dos hermanas ancianitas, ambas señoritas de las de antes, se hallaban en la sala de su casa. Una tejía, la otra estaba leyendo el National Geographic. Dice la que leía la revista a su hermana: "¡Caramba, Himenia! ¡Cómo me gustaría ver el Gran Cañón antes de morir!''. "¡Ay, Solsticia! -exclama la otra-. ¡A nuestra edad ya para qué!''... Papá es un anticuado -decía el joven Drácula a sus amigos-. A las mujeres todavía las muerde en el cuello''... La lucha que en los Estados Unidos libran los migrantes de origen hispano es en cierto modo parecida a la de los afroamericanos que en la segunda década del pasado siglo combatieron por sus derechos civiles en ese país y al final, tras muchos sacrificios, ganaron la batalla. En ambos casos estamos en presencia de una injusticia grave que atenta contra la dignidad de un grupo humano numeroso y con raíces hondas. En el caso de los descendientes de esclavos, sin embargo, el rechazo provenía de una sociedad llena de prejuicios fincada en la idea de la supuesta supremacía de la raza blanca, y desdeñosa por tanto, cuando no abiertamente hostil -y aun aniquiladora- de otras razas. En el caso de los llamados hispanos, cuyo trabajo es indispensable a grandes núcleos de la población estadounidense, la hostilidad parece provenir más bien de políticos e intelectuales que contemplan con temor la creciente influencia de los latinos. Hay una diferencia que puede afectar el buen combate que están librando los migrantes de raíz hispana: no ha surgido entre ellos un líder a la manera del que tuvieron los afroamericanos en la persona de Martin Luther King. Este tipo de movimientos necesitan encarnar en un dirigente carismático impulsado por una idea fundamental y dispuesto a dar hasta la vida con tal de ver cumplido en la realidad el ideal que se ha fijado como meta. Quizá son estos otros tiempos, y se impongan distintos métodos de lucha, pero no cabe duda de que la defensa de los derechos de una persona o un grupo debe estar presidida por una filosofía y una actitud ética que sólo cobran realidad cuando son abanderados por un personaje como fue, por ejemplo, César Chávez para los migrantes mexicanos que trabajaban en el campo. Esperemos que la ausencia de un líder semejante no sea causa de que a la larga fracase, o tarde más en obtener sus frutos, este justo movimiento que con éxito han iniciado nuestros paisanos y quienes con ellos luchan por sus derechos humanos, por su dignidad... Dos niñitas que fueron con su grupo de la escuela a un museo de arte se detuvieron disimuladamente frente a la reproducción de la gran estatua del David de Miguel Angel. Una de las niñitas se acerca a la otra y le dice al oído contono de gran experta: "-Créeme lo que te voy a decir Rosilita: todo está sumamente amplificado''... Un sujeto entra apresuradamente en el bar y lleno de ansiedad dice a su amigo: "-¡Ven pronto! ¡Necesito que me hagas el cuarto! ¡Ahí afuera tengo dos bastoneras esperándonos!''. El otro, entusiasmado, lo acompaña. Y en efecto, en la puerta los esperaban las bastoneras: dos señoras de edad tan avanzada que traían bastón... Dice una señora a su amiga: "-Me gustaría entrar en un club nudista''. "-¿Por qué?'' -se sorprende la amiga-. Y explica la señora: "-Es que tengo curiosidad por saber dónde se guardan las llaves los socios después de estacionar el automóvil''... FIN.
