El candidato tardaba en llegar a la comida en su honor. Entre los invitados estaba el señor cura, a quien todos querían bien. El maestro de ceremonias le pidió que dijera algunas palabras a fin de entretener la espera de la gente. ?Hijos míos ?empezó el sacerdote-. Hace 20 años llegué a este pueblo, y ganas me dieron de huir de él. ¿Por qué? Porque el primer hombre a quien confesé me dejó espantado. No sólo era fornicador y adúltero, también era ebrio consuetudinario; hacía trampas en el juego, con sus ardides de fullero quitó a muchos su fortuna. Estafaba a sus socios; engañaba a sus clientes... Era, en suma, una catálogo vivo de todos los vicios y pecados. Llegó después una mujer, la primera que iba conmigo a confesarse. También era una adúltera. Engañaba a su marido con otros hombres, y le decía que los hijos que de sus amantes había concebido eran hijos suyos. Vanidosa, murmuraba de todas sus amigas; gastaba el dinero de la casa en juegos de azar; en su casa no hacía otra cosa que estarse en la cama viendo la tele y devorando chocolatines y fritangas. Y me dije: ?Si este hombre y esta mujer, los primeros que confieso, son así ¿cómo serán los demás??. Fue entonces, amados hijos míos, cuando pensé en huir del pueblo. Pero por obediencia me quedé, y al paso de los meses descubrí que mi primera impresión era equivocada. Aquí hay también gente buena, sencilla, noble...?. En eso llegó el candidato. El maestro de ceremonias agradeció apresuradamente las palabras del señor cura y le cedió el micrófono al recién llegado. ?Queridos paisanos ?dijo el candidato-. Lamento haber interrumpido las palabras del señor cura, por quien siento un gran afecto. Quiero decir a ustedes que mi esposa y yo tuvimos el privilegio de haber sido los primeros que fuimos a confesarnos con él cuando llegó a este pueblo?... El cuentecillo ilustra una verdad sabida: tarde o temprano luce la verdad. Lo que de noche se hace de día aparece. Esto no lo digo con ánimo de preocupar a nadie, sino porque es la verdad lisa. Cada quién es lo que es, si se me permite esa arriesgada afirmación; nadie puede disfrazar por tiempo indefinido su ser y su talante. En el próximo debate, si realmente es debate y no comparecencia acartonada, los candidatos a la Presidencia mostrarán lo que son, lo que piensan; dirán sus propuestas y la forma en que las concretarán. Ese encuentro será definitorio; su resultado quizá anticipará el de la jornada electoral. Ojalá los candidatos hagan de ese debate una confrontación de ideas y propuestas y no un intercambio de dimes y diretes... ¡Atención! ¡Mañana sábado, a las 11 AM, presentaré en Tijuana mi más reciente libro, ?Juárez y Maximiliano: la roca y el ensueño?. Editado por Diana, benemérita casa editorial, la obra agotó ya su primera edición y va por la segunda. Mañana hablaré de esas dos figuras apasionantes -el recio don Benito y el soñador poeta de Miramar- en la Feria del Libro de Tijuana. ¡Ahí nos encontraremos, queridos cuatro lectores míos tijuanenses!.. Babalucas iba con un amigo y vieron en el parque a un perrito y una perrita haciendo lo que los perritos y las perritas hacen para tener perritos. Comenta el amigo: ?Mi esposa y yo lo hacemos en esa misma forma, pero primero debo darle un par de copas para que se anime?. Exclama Babalucas: ?¡Qué buena idea me has dado! ¡Hoy por la noche la pondré en práctica!?. Al día siguiente le pregunta el amigo: ?¿Cómo te fue??. ?Muy bien ?contesta el badulaque-. Le di a mi señora un par de copas y se animó a hacerlo en ese estilo. Pero tuve que darle ocho más para que se animara a hacerlo en el parque?... FIN...