El forastero entra al saloom del pueblo del oeste y pregunta por su amigo Billy the Kid. "-Murió" -le informa el cantinero-. "-Caray -se sorprende el forastero-. ¿De qué?". "-De muerte natural" -responde el otro-. "-Qué raro -comenta muy extrañado el forastero-. Siendo Billy como era, siempre pensé que moriría de un disparo"."-Y así murió" -responde el cantinero-. "-¿No dice que murió de muerte natural?" -pregunta sin entender el otro-. "-Sí -dice el cantinero-. El sheriff lo encontró con su mujer. Era natural que muriera de un disparo"..."-Estoy muy preocupada por mi novio -comenta una muchacha-. Dice que va a ir al más allá". "-Bueno -la tranquiliza una amiga-. Todos vamos a ir alguna vez al más allá". "-Sí -replica la muchacha-. Pero él me dice que va a ir al más allá cuando tiene las manos en mis rodillas"... El señor cura oficiaba el matrimonio. Le pregunta al novio: "-¿Promete usted honrar, respetar, cuidar y serle fiel a su esposa?". Se queda pensando el galancete y luego inquiere: "-¿Tiene que ser todo, o puedo escoger?"... Un joven recién casado decía a sus amigos: "-Mi mujer y yo nos la pasamos discutiendo todo el tiempo. Sólo nos ponemos de acuerdo sobre una cosa". "-¿Sobre qué?" -le preguntan-. Responde él: "-Sobre la cama"... La elegante nueva rica pasaba muchas vergüenzas con su papá rudo e ignorante. En una fiesta en la que la señora había reunido a sus mejores amistades, de pronto el papá se levantó de la mesa y dijo: "-Orita vengo, voy a hacer de las aguas". Todos se quedaron fríos, y cuando la concurrencia se hubo retirado dice la nueva rica a su padre: "-Mire, papá: la próxima vez que tenga ganas de hacer eso no lo anuncie. Simplemente levántese y diga cualquier otra cosa, como por ejemplo ?Voy a lavarme las manos?. En la siguiente cena la señora ve a su papá muy inquieto en su sillón. Para evitar otra nueva indiscreción le pregunta: "-Papá, ¿no quiere ir a lavarse las manos?". "-No, gracias -responde el señor-. Antes de llegar me las lavé en el poste de la esquina"... Las cigüeñas estaban haciendo alarde de sus respectivos méritos. "-Pues yo -dice una de las cigüeñas-. traje al mundo a la Reina Isabel". "-Yo. -dice una segunda cigüeña-. Traje al mundo a Robert Redford?. ?-Eso no es nada -dice otra-. Yo traje a Pelé". Así cada una de las cigüeñas se iba jactando de un gran personaje a quien había traído al mundo. Entre ellas estaba una cigüeña que no decía nada, toda maltratada, desplumada, llena de moretones. "-¿Y tú -pregunta alguien-, a quién has traído al mundo?". "-Hasta ahorita -responde la cigüeña-. no he traído a nadie. ¡Pero les he arrimado cada susto a muchas señoritas!"... Y para concluir se narra el chascarrillo del viejito de 90 años que se inscribió en la carrera de maratón. Todos se reían de él, pero a la mitad de la carrera, cuando decenas de corredores ya habían abandonado, el viejito seguía corriendo como si nada. Faltando diez kilómetros quedaban solamente unos cuantos corredores, entre ellos el viejito. Faltando dos quedaban nada más el viejito y un muchacho, que un kilómetro antes de la meta cae desplomado. Así pues el viejito cruza la meta, a todo correr. Cuando le entregan el premio pregunta el viejito a los organizadores con una gran sonrisa: "-Oigan, ?¿es cierto que después de la carrera va a haber baile?"... FIN.
