A aquella muchacha de generoso busto le decían ?La capitana?, por los dos pelotones que llevaba al frente... El ginecólogo le informa a Susiflor: ?Te tengo dos noticias: una mala y una buena. La mala es que me equivoqué, y en vez de darte pastillas anticonceptivas te di aspirinas. La buena es que durante tu embarazo no sufrirás dolores de cabeza?... El padre Arsilio iba por la calle, y en una esquina se topó con una chica de tacón dorado. ?¿Qué haces, hija mía? ?la reprende con paternal solicitud-. Me apena que hayas escogido este mal rumbo?. ?Tiene usted razón, padre ?replica la muchacha-. Ya llevo aquí tres horas y no me ha caído ningún cliente?... Le dice un caníbal a otro señalando a la misionera blanca: ?Le faltan un brazo y una pierna, es cierto, pero ¡qué buenota está!?. ?¡Shhh, cállate! ?le impone silencio el otro-. ¡A esa vieja se la está comiendo el jefe!?... No deja de ser una circunstancia infortunada el hecho de que hayan coincidido la Copa del Mundo y la elección de Presidente en México. El futbol, ya se sabe, es el deporte más popular en el planeta. Cada cuatro años el campeonato mundial de soccer hace que se perturbe la marcha normal del universo: el ritmo de las mareas se trastoca; se alteran las fases de la luna; revuélvese la danza de las horas y hasta los corazones de los amantes dejan de latir unisonadamente. La elección presidencial de este año, por su parte, es crucial. Todas las anteriores definían la suerte del país durante un sexenio; la de julio quizá trascenderá ese tiempo, pues si la izquierda llega al poder será difícil que haga renuncia a él, habida cuenta de su poco apego a los procedimientos democráticos y de los manipuleos populistas en que es hábil para mantener su predominio. Podría suceder que todo el país se convirtiera en lo que es hoy el Distrito Federal: prácticamente una propiedad particular del PRD, con todas las deplorables consecuencias que eso trae consigo, según se advierte a ojos vistas en la Ciudad de México. El problema es que el torneo futbolístico y la participación en él de nuestro equipo atraerán -más que la elección presidencial- la atención de muchos mexicanos. Quiero decir que la elección interesará menos que la selección. A cuál de los candidatos afectará mayormente ese fenómeno es cosa difícil de prever, pero no cabe duda de que esa influencia se dará. Esperemos, por el bien de México, que los manes del futbol coincidan con el interés de la Nación... Sigue ahora un cuento reprobado por la Pía Sociedad de Sociedades Pías. Suspendan aquí mismo la lectura quienes no gusten de leer cuentos reprobados por ese organismo encargado de velar por la moral... Un vaquero se compró unas botas de reluciente piel blanca charolada. Se las puso para ir al baile del sábado en la noche, y sacó a bailar a una muchacha. A la mitad de la danza le dice: ?Te apuesto a que puedo adivinar el color de tu pantaletita?. ?¿De veras? ?responde ella, divertida-. A ver: ¿de qué color la traigo??. ?Azul? ?dice el vaquero sin dudar. ?Es cierto ?reconoce con asombro la muchacha-. ¿Cómo supiste??. Explica muy orgulloso el vaquero: ?Por el reflejo de la prenda en mis botas de reluciente piel blanca charolada?. ?¿Ah, sí? ?lo reta ella-. A ver: saca a bailar a mi amiga y adivina de qué color trae su pantaletita?. El vaquero invita a bailar a la otra chica. Al final de la danza dice, confundido: ?No pude adivinar de qué color trae la pantaletita?. Le dice la primera, riendo: ?Es que mi amiga nunca usa pantaletita?. ?¡Alabado sea el Señor! ?exclama el vaquero con alivio-. ¡Ya estaba yo pensando que mis botas de reluciente piel blanca charolada se habían agujereado!?... FIN.