El domingo cada uno con su candidato. El lunes todos con México... ¡Bravo columnista! Esta frase es digna de ser grabada en bronce eterno o mármol duradero. La escribiré de nuevo a fin de conservarla para siempre en el joyel de la memoria: "El domingo cada uno con su candidato. El lunes todos con México". Entiendo lo que quieres decir con esas palabras de admonición. La contienda presidencial ha dividido a los mexicanos en forma que no se había visto quizá desde los años treintas del pasado siglo. Ya no se hablaba en este país de izquierdas y derechas, ni se usaban adjetivos como "burgués" o "reaccionario". Tampoco se decía "los de arriba", para ponerlos como enemigos de los pobres. La política, si bien no era un dechado de decencia -¿le será en alguna parte?-, tampoco había tocado los límites pedestres que en estos días ha tocado. Los partidos y sus candidatos se han dado hasta con la cubeta, para decirlo con expresión boxística. Las opiniones difieren aun en el seno de las familias (las numerosas tienen dos senos, y ahí las cosas se toman más a pecho). Sé de esposos que votarán él por un candidato, ella por otro. Pero todo ese sonido y esa furia deberán acabar cuando el último voto sea depositado y tras hacerse el recuento de los sufragios emitidos la autoridad electoral proclame el nombre del candidato triunfador. Pienso que el resultado será claro y no dejará lugar a dudas. A partir de ese momento todo ha de cambiar. Espero que el candidato ganador tenga la gallardía de la humildad, y que los perdedores muestren la fortaleza que de la dignidad deriva. (También espero que llueva, pues la sequía ha sido prolongada). Y espero además que el lunes, con el amanecer de un nuevo sol y los bocinazos de los automóviles, retorne esa amada señora que cuando falta nos hace tanta falta: la blanda rutina de la vida diaria. Entonces ya no habrá panistas, priistas, perredistas ni etceteristas: habrá sólo mexicanos, todos unidos, por encima de diferencias temporales, en el común a México. Felicitaremos al Presidente electo, sea quien sea, y desearemos que su victoria sea para bien de la República. Si alguien convoca a la violencia rechazaremos su llamado. Si cualquiera impugna sin razón el resultado de la jornada electoral pediremos que se le responda con apego a la ley. Retornará la calma, se despejará el esmog político y volveremos a ser lo que hemos sido siempre: gente que en la familia y el trabajo tienen el centro de su vida; mexicanos que con fe y esperanza luchamos cada día por hacer de este país una casa mejor para nuestros hijos y nuestros nietos. Repito entonces, a modo de afortunado colofón, la misma frase liminar que puse arriba: "El domingo cada uno con su candidato. El lunes todos con México"... Un militar le dice a otro: "¿Recuerdas que en la guerra nos daban un producto para quitar el deseo sexual? Yo nunca me lo quise tomar. Y mira lo que son las cosas: terminé casándome con uno"... Don Poseidón se arruinó de la noche a la mañana. Alguien le dijo para consolarlo: "El Señor dio, el Señor quitó". "Sí -mascullaba con rencor don Poseidón-. Pero debería quitar tan despacio como dio"... Aquella señora de nombre Tabu Larrasa se sentía mal porque sus bubis eran muy pequeñas. Determinó hacerse unos implantes, pero el costo de la operación le pareció demasiado elevado a su marido. Le sugiere el hombre: " Si quieres que las bubies te crezcan ¿por qué no usas panties en el pecho en vez de usar brassiére?". "¿Panties en el pecho? -repite la señora sin entender-. ¿Por qué?". "Bueno -razona el tipo-. En las pompas usas panties, y mira todo lo que te han crecido"... FIN.