Himenia Camafría, madura señorita soltera, tenía una amiga casada. Un día fueron a tomarse un cafecito, y entraron en el terreno de las confidencias. La señorita Himenia le contó a su amiga un secreto de su vida: "A mí me fue muy mal con los hombres -le dice-. Muchas veces me dejaron vestida y alborotada". Confiesa la otra: "Pues a mí me ha ido peor. Mi marido me deja siempre desvestida y alborotada"... En el primer día de clases en el jardín de niños. La maestra le pregunta a Pepito: "¿Cómo te llamas?". "Pepito" -responde el pequeñín. "¿Y cómo se llama tu padre?" -quiere saber la profesora. "Papá" -contesta el niño. "No -sonríe la maestra-. Lo que te pregunto es el nombre de tu padre". "No lo sé" -responde el chiquillo. "A ver -le ayuda la profesora-. ¿Cómo le dice tu mamá a tu papá?". Contesta Pepito: "Le dice ?irresponsable?. ?borracho?, ?inútil? y ?hüe?... Cada día me convenzo más de que si el país hubiese quedado en manos de López Obrador y de su gente ya nunca habría salido de esas manos. La voluntad de poder de los extremistas es absoluta. Quienes empleando todos los medios -morales e inmorales- han hecho del DF su propiedad particular, harían lo mismo con toda la República. Para eso no se detendrían ante nada, igual que amenazan hacer ahora: voceros con representación PRD han dicho que si el dictamen del Trife no los favorece recurrirán a la insurrección. Eso, que puede sonar a desmesura, y aun a pintorresquismo, evidencia una realidad incuestionable: el desdén absoluto que los radicales partidarios de AMLO sienten por la ley. Si recurren a las instituciones es sólo porque esperan que se allanen a sus exigencias; si no, califican de delincuentes a sus integrantes. Quienes así actúan no representan de ninguna manera a los pobres de México; se representan a sí mismos, y a su ansia de poder. Para ellos los pobres son instrumento, carne de manifestación. Los mueven como a cosas; los llevan y los traen como a ganado. Si estos ambiciosos sin escrúpulos llegaran algún día a apoderarse del País ya no lo soltarían, pues no representan una izquierda democrática, racional, moderna, sino son restos de dogmatismos que en otras partes han desaparecido ya. Estos grupos -estas tribus- no trabajan por la justicia; trabajan por el poder. Si lo consiguen ya no lo cederán por la vía democrática, pues lo suyo es la violencia. Los mexicanos mostraron otra vez el 2 de julio su vocación democrática. Los ciudadanos organizaron las elecciones, las realizaron con eficacia y transparencia, y con su voto ratificaron su voluntad de vivir en paz. Ellos representan en verdad a México, no los violentos que quieren apoderarse del país... Una muchacha fue con el dermatólogo. "Doctor -le dice, estoy muy preocupada, pues me han salido en el busto unas extrañas manchas rojas". El doctor le pidió que le mostrara la región afectada por la coloración, y la chica puso al descubierto las ebúrneas redondeces de su turgente galacterio. Echó un vistazo el médico al ubérrimo tetamen. Luego echó otro vistazo, y otro, y otro. Después de aquella concienzuda observación -el médico era un profesional- dictaminó: "Lo que sucede, señorita, es que tiene usted rozado el pecho. Aquí lo que hace falta es un cambio de navajas de rasurar". "No las uso, doctor -replica ella mortificada-. Nunca he tenido vello en el pecho". "No me refiero a usted -precisa el médico-. Digo que hace falta que su novio cambie de navajas de rasurar"... FIN.