Un hombre llegó al Cielo, y como tenía la calidad de VIP (Very Important Person) San Pedro lo invitó a hacer un recorrido por la morada celestial. Traspusieron las perlinas puertas; fueron por los dorados corredores; vieron los coros de los ángeles y arcángeles, serafines y querubines; entraron en las habitaciones de las vírgenes, los mártires y los confesores; visitaron los tronos y las dominaciones; pasaron frente a las almas de los bienaventurados que por su vida buena merecieron estar en la presencia del Señor. Llegaron finalmente a un aposento en donde estaban muchos hombres y mujeres que habían ganado también la eterna beatitud. Pero a diferencia de los demás moradores de la gloria, que andaban todos libres por el Cielo, éstos se hallaban atados, de modo que no podían salir de donde estaban. Preguntó el visitante a San Pedro: ?¿Por qué a éstos los tienen así, atados??. Le contestó el apóstol de las llaves: ?Es que merecieron estar en el Cielo y disfrutar aquí la dicha perdurable. Pero son de Saltillo, y si no los amarramos se van otra vez para allá?... Reconozco que la narración de este suceso verdadero se antoja un poco exagerada, pero a fuer de cronista escrupuloso tengo que consignarla tal como la registran los archivos. Saltillo, ciudad amada mía, cumple hoy 429 años de existencia. La hicieron hombres de Europa, y naturales. Venían del desierto y se toparon de pronto con un oasis que tenía en el medio un salto de agua pequeñito. De ahí el nombre: Saltillo. Etimología de a dos por cinco, es cierto, pero díganme ustedes otra mejor. Ahora Saltillo es una ciudad moderna y progresista que sin embargo nunca renunció a su antiguo señorío y conserva todas las galas de su pasado colonial. Sus hijos la cuidamos, amorosos, y ella se ofrece a quienes la visitan con todos los dones de su hospitalidad magnífica. Dos santos patronos tiene mi ciudad, al fin india y española. El primero es el Señor de la Capilla, un Cristo hermoso que congrega la fe de los creyentes, y aun de quienes no lo son, pues el día de su fiesta, el 6 de agosto, lo ateo se quita en toda la población durante 24 horas por especial providencia del Señor. El otro patrono de Saltillo es el apóstol Santiago, que aquí en su altar catedralicio no tiene la traza del fiero capitán de los ejércitos de España, jinete en su caballo blanco, sino la suave mansedumbre del peregrino que busca a Dios por los caminos de la vida. En esa búsqueda andaría yo si me hubiera encontrado ya a mí mismo. Hoy, 25 de julio, es la fecha del apóstol, y es también el cumpleaños de mi ciudad, Saltillo. Por eso le escribo la presente, para decirle que éstas son las mañanitas que cantaba el rey David... Fidel Castro decretó en La Habana un toque de queda severísimo: a las 11 de la noche todos deberían estar en su casa; quien desobedeciera esa orden sería pasado por las armas. Una patrulla iba por la calle. Eran las diez y media de la noche. Uno de los soldados vio a un hombre que pasaba, le disparó y lo dejó sin vida. ?¿Qué hiciste, guajiro? -le pregunta estupefacto el que mandaba la patrulla-. ¡Todavía falta media hora para que suene el toque de queda!?. ?Conozco a ese prójimo, chico -responde el soldado-. Vive al lado de mi casa. Es muy lejos, y ya no iba a llegar?... El oficial de Policía le dijo al borrachín que lo iba a someter al alcoholímetro. ?¿Qué es eso?? -pregunta el temulento. Responde el guardia: ?Es un aparato que puede decir con exactitud cuánto has bebido?. ?Ah vaya -replica el ebrio-. Yo estoy casado con uno de ésos?... En el bar un individuo le propone a una mujer: ?¿Quieres jugar a la magia??. Inquiere ella: ?¿Cómo se juega a eso??. Explica el tipo: ?Vamos a mi departamento, follamos y luego te desapareces?... FIN.
