Por CATÓN.
Rodney Dangerfield contaba: "Me dijo una muchacha: ?Ven a mi casa. No hay nadie?. Fui, y no había nadie". A Libidiano Pitonier le sucedió mejor. Logró que Nevicia, virgen a los 40 años -es decir activo congelado-, se decidiera al fin a entregarle el tesoro de su jamás tangida doncellez. "Pero -le preguntó ella con el último escrúpulo moral- ¿me respetarás mañana?". "Desde luego que sí -prometió el lujurioso Pitonier-. Claro, si lo haces bien"... Decía malhumorada una señora: "El Viagra y Disneylandia se parecen mucho. Tienes que esperar dos horas para una diversión que dura dos minutos"... Estheria, Williama y Boborronga se inscribieron en una competencia de nado de pecho para cruzar el Canal de la Mancha. Estheria fue la primera en alcanzar la meta. Dos minutos después llegó Williama. De Boborronga ni sus luces. Pasó media hora; una hora pasó, y la tercera competidora no aparecía. Cuando todos la daban ya por perdida llegó Boborronga jadeante y agotada. Dijo a los jueces: "No quiero que vayan a pensar que soy mala perdedora, pero la competencia era de nado de pecho, y creo que las otras participantes usaron los brazos"... La señora dormía profundamente cuando sintió que su esposo estaba haciendo algo a sus espaldas. "¿Qué haces?" -le preguntó casi dormida. "Nada" -respondió él. Dice ella: "Me estabas haciendo el amor ¿no es cierto?". "No" -niega el marido. "Claro que sí -insiste la señora-. Me estabas haciendo el amor". "Te digo que no" -repite el hombre. "¿Por qué lo niegas? -reitera la mujer-. Me estabas haciendo el amor". "Bueno -reconoce al fin el marido-. Es cierto: te estaba haciendo el amor. Pero si no te gusta dejaré de hacértelo". "Tú síguele -autoriza la señora-. Eso me gusta. Lo que no me gusta es que me contradigas"... Yo creo que los niños y los adolescentes deben recibir educación sexual tanto en su hogar como en la escuela. Actualmente el ejercicio de la sexualidad presenta riesgos que en anteriores generaciones no se conocieron. (Ya he dicho que en esa materia mi generación fue muy afortunada: cuando había sífilis nosotros todavía no, y ahora que hay Sida nosotros ya no). Pero los jóvenes enfrentan hoy peligro hasta de muerte si no ejercen su sexualidad en modo responsable. Ilustrarlos en la cuestión sexual, sin embargo, no debe consistir sólo en informarlos. A esa labor de información debe añadirse otra -igualmente importante, o más- de educación, a fin de ayudarlos a entender que el ejercicio del sexo no es actividad puramente fisiológica, sino que sólo cobra su plena dimensión cuando es acompañado por el amor y el sentido de responsabilidad, de modo de no causar daño ni a la propia persona ni a la pareja. Oponerse a la educación sexual es peligroso. Igualmente peligroso es hacer de esa educación una mera tarea informativa sin enriquecerla con una reflexión sobre valores personales y de conducta social... El cuento que ahora sigue fue descalificado tanto por la Pía Sociedad de Sociedades Pías como por la Liga de la Decencia. Nadie que tenga tiquismiquis de conciencia debería leerlo... Una mujer policía y su compañero salieron a hacer su ronda acostumbrada. Con ellos iba el Solovino, perro sabueso de la corporación. A poco de haber salido exclama la muchacha: "¡Caramba! Hice mis ejercicios en el gimnasio del cuartel, y cuando me vestí después de ir a la ducha se me olvidó ponerme el pantie. Voy por él". Le dice su compañero: "No necesitas ir. Deja que el Solovino te olfatee un poco. Él hallará tu prenda y la traerá hasta aquí". La muchacha aceptó la sugerencia, y el Solovino, luego de recoger la pista, salió a todo correr hacia el cuartel. Poco después, en efecto, regresó. Traía agarrado por la entrepierna al jefe de la policía... (No le entendí)... FIN.
MIRADOR
Por Armando FUENTES AGUIRRE
A veces a Diosito le da por presumir. La otra tarde pintó en el Potrero un crepúsculo como para acabar con los ateos. Al mismo tiempo hizo llover por el lado del oriente, y puso ahí un arco iris que ni Cecil B. de Mille, con todos sus tecnicolores, habría podido superar.
La mejor teología es la Naturaleza. Es, además, la tarjeta de presentación de Dios. El gran autor se nos muestra en el mar, en el desierto y la montaña, en el bosque y la selva, en cada criatura animal y vegetal...
Toma entre los dedos una brizna de hierba. Estarás tomando el universo.
Mira al cielo. Estarás viendo el infinito.
Busca en el fondo de ti. Encontrarás el último misterio.
¡Hasta mañana!..