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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Por CATÓN

Aquel hombre era feminista. Pensaba que el hombre y la mujer son iguales, motivo por el cual no debe establecerse diferencia alguna entre ellos. En forma tan radical tenía imbuida tal idea que llegó a convencerse de que la Naturaleza había cometido una injusticia grave al cargar exclusivamente sobre la mujer las fatigas y dolores del embarazo y el parto. Así, invocó a San Gerardo Mayela, patrono de las parturientas, y le pidió el milagro de poder quedar él embarazado y dar a luz. Uno de los riesgos de pedir un milagro es que se nos puede conceder. A aquel singular hombre le fue concedido lo que solicitaba. Un buen día, después de varias veces que hizo el amor con su señora, sintió extraños síntomas que nunca jamás había sentido: mareos, sensación de naúsea, vagos antojos que no podía explicar. Fue a ver a un médico. El galeno lo examinó y se quedó estupefacto: no había la menor duda, el hombre estaba embarazado. Corriendo fue el sujeto a la iglesia a dar gracias a San Gerardo. ¡Por fin veía logrado su anhelo de borrar toda diferencia entre el hombre y la mujer! ¡Ahora podría compartir con su esposa las penas de gestar y dar a luz! Y en efecto, comenzaron a transcurrir los meses, cargados de toda suerte de molestias, pesadumbres, indisposiciones, malestares y decaimientos. Llegó por fin el día del parto. Y allá va al hospital el pobre tipo, nervioso y asustado en su calidad de primerizo. Temblando fue llevado a la sala de maternidad, donde empezó a pasar fatigas indecibles, a sentir acerbos dolores casi insoportables, pues había pedido dar a luz en forma natural. No lo consiguió: sus sufrimientos llegaron a tanto que a gritos suplicó que lo anestesiaran. Sólo así pudo tener a su bebé. Maltrecho, sudoroso, agotado, fue llevado de regreso a su habitación. Ahí se le apareció San Gerardo Mayela. "Te ves muy mal -le dice el santo con una sonrisita en la que había cierta traza de suave burla celestial-. ¿Todavía crees que no debe haber ninguna diferencia entre el hombre y la mujer??. "Todavía lo creo -confirma terco el hombre-. Pero si mi esposa quiere hacer otra vez el amor ¡la mato!?... Dice una señora a sus amigas: "Mi marido insistió en comprar una cama de agua?. "¿Y qué tal?? -preguntan las amigas llenas de curiosidad. Responde la señora: "Es como acostarme en el Mar Muerto?... Le cuenta un tipo a otro: "Voy a ir a Las Vegas?. "Qué bueno -lo felicita el otro-. ¿Cuántos días vas a estar por allá??. "Doscientos mil pesos? -responde el tipo... Una comisión de vecinos del edificio visitó al inquilino del departamento 6. "Don Sufricio -le dicen-, ya sabe usted que la vecina del 14 enviudó y quedó en situación económica difícil. Andamos haciendo una rifa y venimos a que nos compre un boleto?. "No tiene caso, amigos -responde el señor con gran tristeza-. Ustedes conocen a mi señora, y saben bien que aunque me sacara a la vecina no me dejaría tenerla en la casa?... En una escuela secundaria de Estados Unidos la maestra les informó a los estudiantes que les pondría un examen de la materia Historia Contemporánea. El examen, precisó, sería sobre la administración de Clinton. Pregunta una muchacha: ?Maestra: el examen ¿será oral??... El encargado de la tienda de mascotas le dice al cliente: ?En efecto, señor: una anaconda podría tragarse entera a una mujer de la estatura y el peso que usted dice. Desgraciadamente aquí no vendemos anacondas?... Himenia Camafría, madura señorita soltera, fue por curiosidad a la corte donde juzgaban a los delincuentes. Un raterillo fue llevado ante el juez, y éste le pidió que exhibiera las herramientas con que trabajaba. El individuo mostró un juego de ganzúas. El segundo reo era un violador. ?¡A la cárcel!? -sentenció el juez de inmediato. Pregunta con timidez la señorita Himenia: ?¿A él no le va a pedir que muestre la herramienta??... En la ventanilla de la terminal de autobuses pide Babalucas: "Quiero un boleto de viaje redondo?. "¿A dónde?? -pregunta el encargado. ?¡Pos aquí mismo, indejo! -se enoja Babalucas-. ¿No te estoy diciendo que el viaje es redondo??... FIN.

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE

HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO

En realidad el mundo no iba a tener piedras.

Quería el Señor que la tierra fuera suave y tersa como el terciopelo, de modo que los hombres pudieran caminar por ella igual que sobre alfombra muy mullida.

Pero el Hijo fue con el Creador.

-Padre -le dijo-. Creo que el mundo debe tener piedras.

-¿Para qué?- preguntó con sorpresa el Hacedor.

-Bueno -explicó el Hijo-, por principio de cuentas, si no hay piedras el poeta no podrá decir algo así como: "Te quitarás piadoso las sandalias por no herir a las piedras del camino". Sólo por eso valdría la pena tener piedras.

-No me parece razón suficiente -dijo el Padre.

-Además, -siguió diciendo el Hijo-, tengo preparada una frase muy buena para decirla cuando esté en la Tierra.

-¿Cuál es esa frase? -preguntó el Creador.

"-El que esté libre de culpa que lance la primera piedra". Si no hay piedras ¿cómo podré decir tal cosa?

Al Supremo Hacedor le gustó mucho la frase. De inmediato procedió a hacer las piedras, para que frase tan bella pudiera ser pronunciada. Y expresó:

-Perdóname, Hijo, por haber incurrido en esta omisión. Pero el que esté libre de culpa que lance la primera piedra.

¡Hasta mañana!..

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