Por CATÓN
Hoy iré a Querétaro. En esa hermosísima ciudad presentaré mi libro "Juárez y Maximiliano: la roca y el ensueño", parte del ciclo que he llamado "La otra Historia de México", una versión distinta del relato oficial de nuestros fastos. En Querétaro culminó el tremendo drama que puso frente a frente a aquellos dos señeros personajes, recio el uno, trágico el otro. Por eso tengo a honor haber sido invitado a presentar ahí mi obra, y más porque la presentación tendrá lugar en el Teatro de la República, uno de los escenarios en que se cumplió el fatal sino de Maximiliano. Si tú, amigo queretano, queretana amiga, eres uno de mis cuatro lectores, espero verte y saludarte hoy a las 8 de la noche. Hablaré de las extrañas circunstancias que me llevaron -a mí, aprendiz de periodista- a conocer la historia mexicana y escribir sobre ella. Contaré cosas que en la escuela no escuchamos, y propondré mi idea en el sentido de que el relato historiográfico debe enseñarnos a amar a nuestro país en la verdad, de modo que sirva para unirnos, y no para que haya entre nosotros discordia y división. Junto con la buena gente de Diana, mi editora, te espero entonces, hoy a las 8 de la noche en el Teatro de la República, en Querétaro, para poner mi firma en tu libro y mi abrazo en tu abrazo. Ahí nos vemos... Calladito Fox se veía más bonito. Después de la elección del 2 de julio el Presidente asumió una actitud de prudencia cuya principal manifestación fue el silencio. Este silencio y la prudencia aquella se rompieron cuando Fox declaró ante corresponsales extranjeros que Felipe Calderón es el candidato ganador. Al hacer eso se adelantó en modo inconveniente a la autoridad electoral, y dio pábulo a la protesta de los partidarios de López Obrador, que con razón tacharon de provocativa su declaración. Se pide a AMLO y a sus seguidores que respeten a esa suprema autoridad. El mismo respeto, y con mayor motivo, ha de solicitarse al Presidente... En la fiesta una señora aficionada a la pesca señaló con las manos el tamaño del pez que había pescado. La señorita Himenia Camafría, madura señorita soltera, vio el ademán de la señora y preguntó de inmediato ansiosamente: "¿De quién está hablando? ¿De quién está hablando?". (No le entendí)... Un sujeto de aspecto estrafalario pidió hablar con el gerente del banco. Vació sobre el escritorio del banquero una bolsa que llevaba, llena de un cierto polvo negro, y dijo al funcionario que necesitaba un préstamo para poner en el mercado aquel polvo que había él inventado. "¿Para qué sirve ese polvo?" -quiso saber el funcionario. "Lo pone usted en una mujer -contestó el tipo- y la mujer huele a durazno". Tratando de ser amable el gerente le dijo al visitante que no podía prestarle el dinero que solicitaba. "Dudo mucho -le manifestó- que ese polvo negro vaya a tener éxito". Sin oponer razones el individuo recogió su polvo, le dio las gracias al banquero por su tiempo y se salió. Pasaron unos meses, y un buen día regresó aquel hombre. Ahora iba empujando una gran carretilla llena de billetes de alta denominación. Manifestó al gerente que quería depositar en su banco ese dinero. "¡Lo felicito, amigo! -le dice el funcionario con admiración-. Ya veo que estaba yo equivocado: tuvo usted éxito con esos polvos negros que hacen que una mujer huela a durazno". Responde el individuo: "La verdad es que esos polvos fueron un fracaso. Con lo que tuve éxito fue con otro polvo que inventé, color de rosa". "¿Ah, sí? -se interesa el banquero-. Y ¿para que sirven esos polvos?". Contesta el tipo: "Présteme un durazno". (Tampoco le entendí)... FIN.
MIRADOR
Por Armando Fuentes Aguirre
Dichoso el hombre en cuya vida hay una estrella.
Cuando la noche llega el brillo de esa estrella es una luz en medio de las sombras, y cuando el alba viene el lucero le entrega la promesa de un nuevo amanecer.
Dichoso el hombre en cuya vida hay una estrella.
Por esa estrella el hombre ve a la altura en vez de tener fija la mirada en las cosas terrenas. Por esa estrella el hombre pone los ojos en el infinito, más allá de lo que viene y va.
Dichoso el hombre en cuya vida hay una estrella.
Por esa estrella el cielo todo se vuelve un corazón, y el corazón se vuelve un cielo.
¡Hasta mañana!..