Por CATÓN
El espía le dice a su compañero: "Si alguna vez vas a mi casa tendrás que usar una contraseña para identificarte. Dirás en la puerta: ?Quinientos?, en memoria de los 500 compañeros nuestros que murieron en la gloriosa operación de mayo?. Pocos días después el segundo espía se vio obligado a ir a la casa de su compañero. Esperó a que oscureciera y luego, volviendo la vista a todos lados para ver si no lo habían seguido, se acercó cauteloso al domicilio. Llamó a la puerta y le abrió la esposa de su compañero. "Quinientos? -dice en voz baja el espía. "¡Estás loco! -le responde también en voz baja la mujer-. Mil, si quieres. Y tendrás que volver después, porque ahora está en casa mi marido?... La apertura de las fronteras obligó a los industriales mexicanos a buscar algo de lo cual ciertamente muchos no se habían preocupado lo bastante: la calidad y el bajo costo. La competencia internacional ha traído y seguirá trayendo beneficios para los consumidores. En ninguna forma quiere esto decir que siempre los productos extranjeros sean mejores que los mexicanos. De hecho los consumidores -sobre todo las amas de casa- están rápidamente aprendiendo a desechar el viejo criterio según el cual un producto, por el sólo hecho de venir de fuera, era mejor que el fabricado en México. No obstante eso, la obligada comparación está haciendo que los productores mexicanos procuren ahora hacer mejor las cosas y a un precio tal que los capacite para afrontar la nueva, apremiante competencia... El padre Arsilio iba por la calle cuando un majadero individuo pasó de adrede con su coche sobre un charco y lo salpicó todo de agua sucia. Por divertirse con su hazaña el tipo detiene el automóvil y asomándose por la ventanilla le pregunta, burlón, al sacerdote: "¿Dijo usted algo, señor cura??. "No, hijo mío -responde con toda calma el padre Arsilio-. Mi sacerdocio me impide decirte lo adecuado. Sin embargo te voy a hacer un encargo: la próxima vez que tu madre dé a luz, dile que me regale uno de los cachorritos?... El papá de Pepito le informa: "Me llevé a tu mami al hospital porque va a recibir la visita de la cigüeña?. "¿Qué es la cigüeña?? -pregunta el pequeñín. Le explica el señor con una tierna sonrisa: "Es un pajarote grandote que tiene las patas muy largas y un enorme pico en el que trae niños?. "¡Ah jijo! -se preocupa Pepito-. A ver si no se asusta mi mami: está embarazada?... ¡Amigas y amigos muy queridos, de Tijuana! Hoy me encontraré con ustedes, a las 19 horas, en la Universidad Cetis, y les presentaré mi nuevo libro: ?Juárez y Maximiliano. La roca y el ensueño?. Además les contaré cosas de mi vida (que raras veces cuento), y cosas de otras vidas (muy contables). ¡Ahí nos veremos, y ahí platicaremos!... Un científico de la NASA logró establecer comunicación con un marciano a través de un teléfono interplanetario. "¿Cuántos ojos tienen ustedes? -le pregunta. "Dos? -responde el marciano-. "Exactamente igual que nosotros -dice el científico. Y ¿cuántas manos??. "Dos? "Exactamente igual que nosotros. Y ¿cuántos pies??. "Dos?. "Exactamente igual que nosotros? -repite el científico. Enseguida le pregunta al extraterrestre: ?Dime: ¿qué les sucede a ustedes los marcianos cuando se hacen viejos??. Responde el marciano: "Se nos baja la antenita?. Y dice con un suspiro el científico: "Exactamente igual que a nosotros?... En el pueblo había solamente un doctor. Era dueño de la única botica, y dueño también del único laboratorio de análisis clínicos. Llegó al lugar un joven médico recién graduado, e instaló su consultorio, su farmacia y su laboratorio. Decidido a desprestigiar al médico local le envió a analizar un frasquito con pipí de su hermana, de una perrita que tenía y suya propia. Al día siguiente le llegó el resultado, firmado por el viejo doctor: "Tu perra alborotada. Tu hermana embarazada. Y tú no tienes nada, hijo de la re... tostada?... FIN.
MIRADOR
Por Armando FUENTES AGUIRRE
Hu-ssong hablaba con su discípulo más joven:
-Maestro -le preguntó el muchacho-. ¿Debo temer la muerte?
-Dime -le preguntó el filósofo a su vez-. Antes de nacer ¿tuviste miedo de la vida?
-No, maestro -respondió el muchacho-. No recuerdo haber sentido ese temor.
-Pues en la misma forma -concluyó Hu-Ssong- no has de sentir miedo de la muerte. Nacer y morir son dos momentos distintos de la vida, pero a la vida pertenecen ambos. Los filósofos sombríos dicen que nacemos para morir, y eso es bien cierto. Pero los filósofos de la esperanza dicen que morimos para nacer, y eso también es cierto. Si antes de nacer no sentiste miedo de la vida, ahora que vives no tengas miedo de la muerte.
¡Hasta mañana!..