Por CATÓN
Aquel pobre señor murió a consecuencia de un severo episodio del malestar que en algunas partes del País se llama "pringapiés" y en otras "carrerillas", o sea flojedad de vientre, cursos, evacuaciones, flujos o descomposición. Diarrea, para decirlo con claridad mayor. No sé si en el caso del señor citado esa diarrea fue caquéctica, cimótica, coleriforme, alba, de Cochinchina, crapulosa, lientérica, serosa, estercorácea, verminosa, colicuativa o crítica, que todas esas clases de diarreas hay, pero lo cierto es que el desventurado murió de diarrea. Su viuda, sin embargo, cuando le preguntaban de qué había muerto su marido, respondía: "De gonorrea". Uno de sus hijos le reprochó aquello. "Madre -la reprendió con suavidad-. ¿Por qué dice usted que papá murió de gonorrea? Todos sabemos que murió de diarrea". "Hijo -respondió con un suspiro la señora-. Prefiero que el pobrecito sea recordado por fornicón, no por zurrón"... Los malos mexicanos que han convertido en ruinas a Oaxaca no son maestros -muy lejos están de serlo- ni luchadores sociales: son simple y sencillamente delincuentes. Su causa es indefendible no sólo desde el punto de vista laboral, sino ideológico también. No representan a ninguna izquierda, a menos que sea a la más violenta y radical que busca la subversión y el aniquilamiento de las instituciones como vía para instaurar su predominio sobre la Nación. Lo cierto es que algunos de quienes participan en ese reprobable movimiento más parecen maleantes que activistas políticos. Se han apoderado de una ciudad y actúan como sus dueños y señores. Linchan, castigan y maltratan a todo aquél a quien ven como enemigo, y aun se jactan de sus desmanes y violencias. Todos miramos con azoro y pena lo que sucede ahí, y lamentamos que Oaxaca, lugar de belleza y tradiciones, sea ahora una ciudad en ruinas donde privan la anarquía, el temor, la destrucción. Se habla de oscuras fuerzas que manipulan la situación y mueven a los provocadores, y se habla también de la torpeza de la autoridad local y de la debilidad que muestran todas las instancias de poder para poner fin a eso que ya es intolerable. La opinión pública nacional, sin embargo, reclama ya una acción que lleve a la aplicación de la ley y al recto y prudente uso de la fuerza pública como medios para liberar a Oaxaca de quienes ahora la mantienen en secuestro. Si el conflicto se prolonga será sin duda utilizado por aquéllos que buscan la desestabilización nacional para lograr sus ambiciones de poder. Evitar más daños a Oaxaca es prevenir que se haga daño a México... Un señor iba a tomar un vuelo muy de madrugada. Poco después de haber salido de su casa advirtió que había olvidado el boleto de avión. Regresó, y vio que su señora estaba en la cocina preparándose un café. Llegó por atrás y cariñosamente le tocó una pompa. Sin volverse dice la señora: "Hoy deja nada más un litro, Galateo. Mi marido salió de viaje y no va a desayunar aquí"... El Creador juzgó que ya era tiempo de que Adán y Eva empezaran a propagar la especie humana, de modo que le dijo a Adán: "Es necesario que tú y Eva se multipliquen. Ve con tu mujer y dale un beso". "¿Qué es un beso?" -preguntó Adán. El Señor se lo explicó, y Adán fue y besó a Eva. Regresa y dice: "¿Qué más debo hacer?". "Acaricia a tu mujer" -le dice el Creador. Pregunta Adán: "¿Qué es acariciar?". El Señor se lo explica; va Adán y acaricia a Eva. Vuelve a poco y le dice al Señor: "¿Qué sigue?". El Señor, ya algo impaciente: "Ve y hazle el amor". "¿Qué es hacer el amor?" -pregunta el hombre. El Señor se lo explica. Va Adán hacia Eva y regresa poco después. "Señor -pregunta-. ¿Qué es un dolor de cabeza?"... FIN.
MIRADOR
Por Armando Fuentes Aguirre
Yo no me explico por qué la Virgen no se ha aparecido en Jamé, municipio de Arteaga, Coahuila.
Jamé es una aldea montañesa. Se le ve desde el puerto de la sierra, acunada por el extenso valle que ayer fuera de trigos y que hoy es de manzanas. En las huertas se alinean los manzanos, hijos que nunca se van, y cada vez que Dios quiere entregan su rica cosecha de frutos dorados y de color rubí.
A los habitantes de Jamé les gustan los jardines. Cada casa -muros de adobe revestido, paredes blancas, tejados de madera- tiene un jardín, y en el jardín coyoles, y rosas de Castilla, y banderas de España, y margaritas de Rubén Darío. Y dalias, que son la flor emblemática de México y que en Jamé crecen inusitadamente, como si se hubieran vuelto locas con su propia belleza.
Yo no me explico por qué la Virgen no se ha aparecido en Jamé, si ahí hay tantas flores.
O a lo mejor ésa es la forma en que se aparece.
¡Hasta mañana!..