El tasador del montepío se quedó pasmado, boquiabierto, estupefacto, atónito, sorprendido y turulato cuando una guapa chica de anatomía ubérrima, sobre todo en la parte correspondiente al sur, puso sus pompas en la ventanilla y le dijo con naturalidad: "Quiero que me haga el favor de valuármelas, señor. No sé a cómo las debo dar"... El cirujano le indica al paciente a quien acababa de operar: "Y, por favor, nada de fumar, nada de beber, nada de salir con mujeres". "¿Hasta cuándo, doctor?" -pregunta el operado con voz feble. Responde el facultativo: "Hasta que acabe de pagar la operación"... Le dice un tipo a otro: "¿Supiste que Ovonio consiguió chamba en el gobierno". "-Sí -responde el otro-. Y sin moverse". "En efecto -confirma el primero-. Entiendo que la que se movió fue su mujer"... Los escoceses, ya se sabe, tienen fama de ser excesivamente ahorrativos. La esposa de Jock Mac Fock lo encontró en trance de fornicación con la vecina. Al verlos así, el kilt subido y alzadas las enaguas, la airada señora prorrumpió en una sarta de dicterios en la cual agotó el rico catálogo de maldiciones de las highlands. "Pero, mujer -se justifica Jock-. Si estoy con ella es para no gastarte a ti"... Los dos hombres más mentirosos del condado estaban platicando. Relata uno: "Antier hizo tanto calor en mi granja que a las gallinas las tuvimos que sentar en hielo, para que no fueran a poner huevos cocidos". Narra el otro: "Y ayer en mi granja hizo tanto frío que a las vacas tuvimos que ponerles brassiéres térmicos, para que no fueran a dar leche en cubitos"... El señor llegó a su casa del trabajo y se desplomó en el sillón de la sala. "¡Uf! -exclama con un suspiro-. ¡Vengo muerto de cansancio!". Le pregunta su señora, mimosa: "¿Qué tal te caería una deliciosa cena, bien preparada, calientita, rica?". "No, gracias -responde el señor-. Vengo tan cansado que prefiero cenar en casa"... Astatrasio Garrajarra y Empédocles Etílez, grandísimos borrachos, vivían en la Ciudad de México. Astatrasio se quejaba de su mujer: cuando llegaba ebrio a la casa ella se negaba a dejarlo entrar. "Haz lo que yo -le recomienda Empédocles-. Mi esposa hacía lo mismo, pero un día se me ocurrió una idea. Al llegar a mi casa me quité toda la ropa, y luego di grandes golpes en la puerta. Cuando ella abrió eché la ropa adentro. Mi señora, temerosa del escándalo, me dejó pasar". Aquella idea le pareció excelente a Astatrasio, y prometió ponerla en práctica esa misma noche. Al día siguiente Empédocles le preguntó cómo le había ido. "Muy mal -suspira el ebrio-. Me puse más borracho que de costumbre. Cuando llegué me quité toda la ropa y di grandes golpes en la puerta. La puerta se abrió y eché adentro la ropa. Pero inmediatamente la puerta volvió a cerrarse, y luego oí una voz que dijo: ?Siguiente estación, Zócalo?"... Babalucas solicitó un empleo, y el jefe de personal le aplicó una sencilla prueba de razonamiento. Le preguntó: "El capitán Cook hizo tres viajes, y murió al final de uno de los tres. ¿Al final de cuál de ellos murió? ¿Del primero, del segundo o del tercero?". Suplica el badulaque: "¿Podría hacerme otro tipo de preguntas? En Historia ando muy mal"... El presidente de la sociedad de padres opinó en la junta escolar: "Pienso que los jóvenes no deben recibir educación sexual sino hasta que cumplan 18 años". "Me parece excelente esa idea -replica un educador-. Así sabrán lo que han estado haciendo mal durante los últimos cinco años"... Le pregunta un tipo a otro: "¿Qué harías si supieras que dentro de 15 minutos se va a acabar el mundo?". Responde el otro: "Me soltaría fornicando a todo lo que se moviera. ¿Y tú?". Responde el otro, azorado: "Me quedaría quietecito"... FIN.