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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Por CATÓN

Le dice un señor a otro: ?-Por poco me gano el premio gordo de la Lotería. Tuve un sueño premonitorio: veía en la playa a una chica lindísima sin ropa. En cada pompis llevaba pintado un número 8. Supe sin lugar a dudas que por medio de ese sueño la fortuna me estaba indicando el número premiado. Al día siguiente busqué en todos los expendios hasta que hallé el número 88. Compre el entero, aunque para eso tuve que sacar del banco todos mis ahorros?. ?-¿Y qué sucedió?? -pregunta el amigo-. Contesta el señor con gran tristeza: ?-Gano el 808?... (No le entendí)... Yo digo que muchos de los problemas de México se deben a la falta de respeto a la ley. La ley es letra muerta aquí; tiene la misma calidad de ese mítico objeto que nadie ha visto nunca y todos citan: la carabina de Ambrosio. En otras partes la ley y sus representantes están investidos de una cierta majestad que se traduce en el apego de los ciudadanos al orden jurídico. El policía es respetado; pocos se atreven a mentirle a un juez, y quienes lo hacen se exponen a severos castigos por perjurio. Aquí lo primero que aprenden quienes tienen por oficio el manejo de las leyes es a mentir, pues saben bien que ninguna consecuencia derivará de sus mentiras. En las películas de vaqueros llamar a alguien "mentiroso" es insultarlo gravemente. "Are you callin? me a liar?", pregunta el ofendido acercando la mano a la pistola. Acá, en cambio, decimos con orgullo: "Soy hombre de una sola palabra: rájome". Urge un cambio en la educación, porque hemos dedicado el tiempo -en el mejor de los casos- a enseñar aptitudes, y nos hemos olvidado de enseñar actitudes. En mis tiempos aprendíamos zarandajas tales como el interés compuesto, la lista cronológica de los emperadores aztecas o la etimología de "Batracomiomaquia", pero no se nos enseñaba el valor de la verdad, la práctica de la tolerancia, el respeto que se debe al derecho de los demás, la dignidad del trabajo, la civilidad, el honor que hay en el cumplimiento de la palabra dada, la responsabilidad personal, y otros valores semejantes. Ahora un niño sabe manejar la computadora, pero no sabe cómo tratar a su prójimo. De ahí, de esa falta de verdadera educación, derivan los problemas que afrontamos. Se empieza rayando las paredes con grafitos y se termina destruyendo una ciudad, como se ve en Oaxaca. Se empieza mintiendo y violando la ley para postularse candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal y se termina declarándose "Presidente Legítimo" de México. En esas seguiremos mientras no hagamos que ley sea letra viva en vez de que siga siendo letra muerta. En esas seguiremos hasta que aprendamos civismo en vez de ser aprendices eternos de cinismo... El tipo pasa por abajo de la escalera donde estaba subida la chica en minifalda que pintaba una pared. Y dice el tipo con salaz sonrisa picarona al tiempo que volteaba acá arriba: ?-¿Quién sería el indejo que dijo que pasar por abajo de una escalera era mala suerte??... La señora del pueblo visita a su hija, que vivía en la gran ciudad y a la que hacía un año no veía. Ella pasa por ella a la central de autobuses en coche último modelo y luego la lleva a su departamento con muebles de gran lujo. ?-Ay, Facilicia -le dice la señora muy preocupada-. ¿De dónde salió todo esto? No creo que lo hayas conseguido de la noche a la mañana?. ?-Le atinaste, mami -responde alegremente la muchacha-. Así es como he estado consiguiendo todo: de la noche a la mañana?... FIN.

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE

Iba el alfarero con su carga de grandes ollas de barro. Muy distraído iba, de modo que sin darse cuenta atravesó la calle en el momento en que venía una carroza tirada por caballos. Cayó al suelo el alfarero, golpeado por el carruaje, y todos sus cacharros se quebraron.

Llegó un guardia y dijo al alfarero en voz muy baja:

-Tú eres pobre, y el dueño de la carroza no. Dí que él tuvo la culpa de esto que te sucedió, y yo haré que te pague los chacharros.

Respondió el alfarero con reposada voz:

-Hermano: ya tengo la desgracia de ser pobre. ¿Quieres que además tenga la desgracia de ser mentiroso y ser ladrón?

Hu-Ssong, filósofo de Oriente, contó ese apólogo a sus discípulos. Y ellos entendieron que más que el dinero vale la riqueza de la propia estimación.

¡Hasta mañana!..

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