Por CATÓN
Un tipo le cuenta a su amigo: "Voy al hospital a hacerme mi chequeo anual". Dice el otro: "A mí no me gusta que me revisen ahí"... Los escoceses, ya se sabe, tienen fama de cicateros, de ser ahorrativos en exceso. Jock MacGreed le ordena a su hijo: "Ve con el vecino y pídele prestado su martillo". Regresa a poco el chico. "Dice el vecino que no nos lo puede prestar, porque lo está usando". MacGreed refunfuña con enojo: "¡Tipo roñoso, miserable, egoísta, agarrado, mezquino, cutre, ruin! ¡Ahora para clavar ese clavo tendré que usar mi propio martillo, aunque se gaste!"... En la puerta del hotel un huésped poseído por los espíritus alcohólicos le pide al hombre de uniforme que estaba ahí: "Consígame un taxi". "¡Señor mío! -se ofende el individuo-. ¡No soy portero de hotel! ¡Soy almirante!". Responde el azumbrado: "Entonces consígame un barco"... Una nueva marca de condones trae instrucciones para su uso: "1-. Apaga esa computadora y sal a buscar una mujer..."... Yo pienso que muchos de nuestros males comenzaron cuando los padrecitos que evangelizaron a los antiguos mexicanos les dijeron que la riqueza es cosa del demonio, que el Cielo es nada más para los pobres -ya se sabe: la aguja y el camello-, y que los ricos están indefectiblemente condenados al infierno. La ética protestante, en cambio, propuso una tesis diferente: los bienes materiales son el premio que da Dios a quien trabaja. La pobreza es casi siempre castigo de la holganza. Me pregunto si el norte mexicano muestra mayor prosperidad que el sur por haber estado menos expuesto a las enseñanzas de aquellos piadosos adoctrinadores, y por tener más cerca el ejemplo de "los hermanos separados" que viven allende el río Bravo. Desde luego el asunto es mucho más complejo que esta aproximación simplista, pero creo que nos evitaríamos muchas marchas y plantones, muchos appos y fapes, muchas secciones 22 si tuviésemos la cultura del trabajo, que consiste en saber que sólo del propio esfuerzo puede salir el bienestar, en vez de esperarlo todo de un milagro, un caudillo, o como fruto de indebidos privilegios. Los vecinos del Potrero afirman que ante la amenaza de un perro bravo hay que tener el Credo en la boca y una piedra en la mano. O sea, a Dios rogando y con el mazo dando. Cuando algunos despistados seguidores de AMLO tomaron las casetas de autopistas cercanas a la ciudad de Monterrey, e incitaban a los viajeros a pasar por ahí sin cubrir la cuota del peaje, los conductores descendían de sus vehículos, hacían el pago, y les decían a los manifestantes que se pusieran a trabajar. Sólo donde la gente no trabaja -por la causa que sea- florecen males y peligros como los que hemos visto en México en estos meses últimos... El joven marido le comenta con tristeza a un camarada: "Creo que en mi matrimonio terminó ya la luna de miel. He empezado a salir con mis amigos la noche de los jueves". Le dice el compañero: "Eso no quiere decir que haya acabado ya la luna de miel. Es normal que salgas con tus amigos un día a la semana". "Sí -replica el muchacho-. Pero mi esposa ha empezado a salir con mis amigos la noche de los viernes"... La esposa de Babalucas es tan zonza como él. Un día le dijo: "Estoy embarazada, y van a ser gemelos". Le pregunta Babalucas: "¿Cómo sabes que van a ser gemelos?". Explica ella: "Es que compré el paquete doble de pruebas de embarazo, y las dos salieron positivas"... El recién divorciado le dice a su ex esposa: "Anoche le hice el amor a una mujer, y durante todo el trance estuve pensando en ti". "¿Me extrañas?" -se emociona la señora. "No -replica el sujeto-. Es que así me tardo más en terminar". (No le entendí)... FIN.
MIRADOR
Por Armando FUENTES AGUIRRE
Tengo una nueva sobrina.
Se llama Laura González Ling, y es una persona de capacidades ilimitadas. En su silla de ruedas va por todos los caminos de los sueños, y desde ahí nos da su luz, su ejemplo de valor y fortaleza y -sobre todo- el tesoro infinito de su amor. "Tengo limitaciones -dice ella- pero no límites".
El generoso apoyo del ingeniero José Antonio González Treviño, excelente rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, hizo posible la edición de un libro salido del corazón de Laura. Se llama "Palabras al viento". Tuve el honor de poner prólogo a esa hermosa colección de textos. Y Laura me escribió una carta: "... Querido tío Armando: Quisiera que hubiese un modo de agradecer a usted con mucho cariño todas sus atenciones, y que supiera lo mucho que lo aprecio. Por eso le di el nombramien-to de tío. Su sobrina que lo ama: Laura".
Tengo una nueva sobrina. Y estoy muy orgulloso, Laura, y muy agradecido, por el precioso don de ser tu tío.
¡Hasta mañana!..
