Se casó Diminucio Maldotado. En la noche de bodas su flamante mujercita lo vio por primera vez al natural y le dijo: "Está bien que haya crisis, Diminucio, pero tú abusas"... Doña Facilia se fue a confesar. "Me acuso -dijo al sacerdote-, de haber engañado a mi marido". "¿Cuántas veces?" -pregunta el confesor. "Padre -replica doña Facilia-. Los pecados para usted; la estadística para mí"... Aquella chica era feminista. Declaró en la comida familiar: "Aspiro a ser igual que el hombre". "¡Ay, hijita! -suspira la abuela-. ¡Qué falta de ambición!"... Bustolina Grandchichier, vedette de moda, fue con el médico porque sentía amagos de catarro. El facultativo se abrió paso por entre el munífico tetamen de la actriz y procedió a escuchar con el estetoscopio sus ruidos pulmonares. Luego dictamina: "Tendremos que cuidarle este catarro, señorita Grandchichier. Si le cae al pecho le va a durar toda la vida"... En el colegio de niños hubo fiesta. Las monjitas pusieron una mesa con las viandas, a cuyo extremo había una cesta de manzanas. Para que cada niño cogiera sólo una las madres colocaron un letrero: "Toma sólo una manzana. Dios te está viendo". Pepito lee el cartel y dice a Juanilito: "Vamos a ingarnos el pastel. Diosito está concentrado en las manzanas"... Sonó el celular de Babalucas, pero no se escuchó ninguna voz. Comenta el badulaque: "Ha de ser mi mujer. No nos hablamos"... Los escoceses, ya se sabe, tienen fama de ser muy ahorrativos. La esposa de Jock McCock lo sorprendió refocilándose con la linda criadita de la casa. "No pienses mal, mujer -le dice Jock-. Hago esto para que tú no te me gastes"... Terminó el trance de amor. En el arrebato de la pasión urente la pareja había dejado al Kama Sutra en calidad de manual para novatos principiantes. Recorrieron todo el vasto repertorio de gimnasias eróticas que el hombre y la mujer han inventado a lo largo de la historia, y añadieron a ese gran catálogo postural otras inéditas invenciones surgidas en la intensidad de la pasión. Agotado el deliquio los dos quedaron exhaustos, lasos, consumidos. De pronto le dice él a ella: "Anda, no seas tímida. Dime cómo te llamas"... Generio y Fecundina tenían 15 años de casados y 14 hijos. Un día ella le anunció a su marido que había decidido abandonar la casa. "Pero, Fecundina -se consterna él-. Piensa en los niños". Responde ella: "Precisamente por ellos me voy"... Terminada la cacería de la zorra lord Feebledick llegó a su casa y encontró a su mujer, lady Loosebloomers, en amoroso abrazo de coición con Wellh Ung, el toroso mancebo encargado de la cría de faisanes. "Bloody be! -exclamó lleno de ira Feebledick, que no olvidaba los juramentos aprendidos en el Cuarto Regimiento de Calcuta-. ¡Les voy a dar lo que merecen por esto!". "¡Qué bueno, Wellh! -le dice con alegría lady Loosebloomers a su barriobajero-. ¡A mí me va a dar un descanso, y a ti un aumento de sueldo!"... Rosibel levantó la bocina del teléfono y oyó una voz de hombre que decía: "Mi cielo: ya terminé de construir la casa de Cancún. Le puse tu nombre al nuevo yate, y ordené que los departamentos que tengo en Nueva York, París, Florencia, Londres y Saltillo sean decorados a tu gusto. Dime ahora: ¿quieres casarte conmigo?". "¡Claro que sí! -contesta Rosibel sin vacilar-. ¿Quién habla?"... Simpliciano, joven sin ciencia de la vida, desposó a Pirulina, muchacha con bastantes kilómetros recorridos. Al día siguiente de la noche de bodas el recién casado llamó por teléfono a su mamá y le dijo: "Me preocupa el pasado de Pirulina, madre. Anoche me tardé un poco en la ducha, y ella me gritó: ?¡Date prisa, guapo, que no tengo toda la noche para tí!?"... FIN.