Le cuenta un tipo a otro: "Anoche hice feliz a mi esposa en la recámara". "¿De veras? -se interesa el otro-. ¿Cómo le hiciste?". Explica el tipo: "Le dije: ?¡Qué hermosas cortinas compraste, mi vida! ¡Deberías comprar otras para la sala!?"... La mujer de Capronio le pregunta: "Dime la verdad. ¿Qué edad aparento?". Responde él: "Por tu cara, 20 años. Por tu busto, 18. Por tu cintura, 15. Por tus caderas, 25...". "¡Mi vida! -exclama extática la señora-. ¡Me estás adulando!". "Espera -replica el vil sujeto-. Todavía me falta sumar"... Eran las tres de la mañana cuando sonó el timbre de la casa. El esposo y la esposa despertaron llenos de alarma. Le dice ella a él: "Asómate por la ventana a ver quién es". El hombre asoma por la ventana y pregunta: "¿Quién es?". Responde abajo una voz de hombre: "¿Podría hacerme el favor de darme un empujón?". "¡Oiga! -se enoja el de la casa-. ¡Son las tres de la mañana! ¡Consígase otro que lo empuje!". Y así diciendo cierra de golpe la ventana. La esposa le dice con tono de reproche: "Hiciste mal en negarle ese empujón. Recuerda aquella noche que a nosotros se nos descompuso el automóvil. Un amable señor salió de su casa y nos empujó para que el coche volviera a arrancar. Anda, ve a ayudarlo". De mala gana el marido abre de nuevo la ventana y le dice al sujeto que bajará a darle el empujón. Se viste luego, malhumorado, y sale al jardín. Pero no vio ya al sujeto. Pregunta en voz alta: "¿Dónde está usted?". Y le responde el individuo con tartajosa voz de ebrio: "Aquí, sentado en el columpio"... Bien sabe Felipe Calderón que su gobierno deberá ser de mano firme. No de mano dura, cosa bien distinta, sino de una firmeza que consiga respeto a la ley, primera garantía de una sana convivencia. Tantas muestras de debilidad ha dado Fox que la institución presidencial está hoy por hoy decaída y sobajada como muy pocas veces se habrá visto en la historia mexicana. Así las cosas el nuevo Presidente debe tomar posesión de su cargo de cara a la Nación, por encima de las amenazas de violencia de un grupúsculo cada vez más rechazado por los mexicanos, que condenan la actitud de esos extremistas radicales. Si en Atenco perdió Fox toda autoridad. Calderón vería la suya dañada gravemente desde el mismísimo primer día de su sexenio si cede a la ilegal presión de los diputados y senadores perredistas. Éstos juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución. Claro, lo hicieron para poder cobrar sus percepciones. Pero la protesta que rindieron los obliga ante la Nación. Sean ellos los que aparezcan como gente violenta apartada de la legalidad, y no el Presidente quien dé -otra vez- imagen de debilidad. No se trata de hacer una demostración de fuerza, sino de mantener la institucionalidad de la República, y sus formas. Es necesaria la prudencia, sí, pero no hasta el punto de ceder los espacios políticos a quienes no tienen la razón y vuelven a recurrir al uso de la fuerza para imponerse sobre la mayoría de los mexicanos. Y más no digo, porque ya estoy muy encaboronado... La linda casada y su marido ansiaban tener familia, pero ella no quedaba embarazada. Un examen médico determinó que la causa de eso estaba en el esposo, de modo que acordaron que ella se hiciera inseminar en modo artificial. Fueron a una clínica de fertilidad. El médico encargado llevó a la muchacha a la sala de fertilización. Le pidió que se desvistiera, y él empezó a hacer lo mismo. "¿Qué significa esto?" -pregunta con inquietud la hermosa chica. Responde el facultativo: "Por el momento no hay depósitos en nuestro banco de esperma, de modo que tendremos que usar el capital disponible"... FIN.
