El próximo jueves daré a conocer aquí "La Oración que Yo Rezaría si Llegara a Presidente". Esa sentida plegaria fue inspirada por lo que en estos últimos seis años hemos visto, y por lo que en los próximos seis años necesitamos ver. No se pierdan mis cuatro lectores, pasado mañana, "La Oración que Yo Rezaría si Llegara a Presidente"... Babalina, hermana de Babalucas, y tan corta de entendederas como él, tuvo trato carnal con tres amigos. Por efecto de su desprendimiento quedó un poquito embarazada. Llamó a uno de los tres y le dijo: "Tú eres el papá de la criatura". "¿Cómo puedes saberlo? -protestó el indiciado-. Fuimos tres los que contigo nos refocilamos". "En efecto -concede Babalina-. Pero tú fuiste el primero, y la prueba de embarazo que salió positiva fue también la primera"... En el Pozo de la Suerte la señora arrojó una moneda para pedir un deseo. Su marido también echó otra, pero al hacerlo se acercó tanto al brocal que cayó de cabeza al pozo. Entonces la mujer alzó los brazos y gritó con jocunda exultación: "¡Funciona! ¡Funciona!"... Dos individuos, uno muy joven, el otro mayor que él, intercambiaban en el bar confidencias sobre su vida personal. Dice el muchacho: "Me casé para poder tener sexo". Suspira el otro: "Y yo tuve que divorciarme para lo mismo"... Jamás imaginé que en este espacio pediría yo la protección de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para algunos integrantes de la APPO. Tan violento en ese grupo, tan torpes sus acciones, tan insensatos y bárbaros sus dirigentes, que no parece haber resquicio para invocar ninguna ayuda en su favor. Antes bien se antoja procedente demandar que se haga caer todo el peso de la ley sobre esos malos oaxaqueños que tanto daño han hecho a su ciudad, a su estado y al país. Pero esos delincuentes tienen también derechos, y al justo castigo que merecen no debe añadirse la ilegalidad. Me pregunto por qué las mujeres y hombres que han sido detenidos en términos de ley por atentar contra el patrimonio de la comunidad oaxaqueña han sido trasladados a centros de reclusión en Nayarit. Se les aleja así de sus familias, y esa es una cruel forma de incomunicación. Dicho traslado, para el cual no encuentro justificación alguna, es también una violencia que se debe condenar. La legalidad se ha de aplicar a aquellos que se han apartado de ella. Son incendiarios, vándalos; han impuesto su terror sobre la población. Eso no significa, sin embargo, que se deba violentar el orden jurídico para castigar a quienes han violentado el orden jurídico. Todo el rigor de la ley contra la APPO, sí. (Los primeros que deberían pisar la cárcel son los dirigentes de ese grupo, más que aquellos a quienes mandan a destruir e incendiar). Pero ese rigor debe ejercitarse dentro de los límites de la norma, pues de otro modo la legítima fuerza del Estado se hace también violencia. Y eso no se debe permitir... Cierto señor regresó de un viaje que lo alejó de su casa dos semanas. Cuando llegó vio a su señora en el jardín, agachada sobre unas flores. Tan atractiva le resultó la vista del pomposo tafanario de su esposa, que con tácitos pasos fue sobre ella, y sin perder tiempo en darle vuelta satisfizo las ansias contenidas. Terminado el amoroso trance ella vino al suelo de bruces, agotada, y él prorrumpió en dicterios sonorosos: "¡Raposa! ¡Zorra! ¡Vulpeja inverecunda!". Desde su incómoda postura en decúbito prono -aquel en que la persona yace sobre el pecho y el vientre-, la señora se quejó, afligida: "¿Por qué me llamas con esos nombres denigrantes?". Responde airado el tipo. "¡Porque ni siquiera volteaste a ver quién era!"... FIN.