Un señor preguntó el precio de una periquita en una tienda de animales.
"Cinco mil pesos'' -le informó el vendedor-. "¿Por qué tan cara?'' -se
sorprendió el señor. "Esta periquita es muy rara -le contesta el
hombre-.
Sabe decir maldiciones. Además pone huevos cuadrados''. El comprador,
pensando que sería divertido oir las maldiciones de la cotorrita, la
adquirió. Pero pasó una semana sin que la periquita diga una sola
profanidad. Volvió el señor a la tienda. "Oiga -le reclama al
encargado-,
usted me dijo que la perica que le compré dice maldiciones, y no ha
dicho
ninguna''. Responde el vendedor: "Espérese a que ponga el huevo''... Un
padrecito recién ordenado predicó su primer sermón en la parroquia. El
tema
de su homilía fue: "Qué es un pecador''. Una feligresa, entusiasmada
por el
sermón del joven sacerdote, le escribió una carta al obispo: "Ya está
aquí
el nuevo sacerdote. Y debo decirle, Su Excelencia, que hasta que él
llegó
nunca habíamos sabido realmente lo que es un pecador''... La esperanza
es en
México un recurso renovable. Con cada nuevo gobierno la esperanza
vuelve a
renacer, y renace también cada año nuevo. He sentido en todo el país un
hálito de confianza al empezar esta nueva etapa de la vida mexicana. El
2006
fue bueno para la economía nacional, a pesar de todos los sobresaltos
de
política, y a pesar también del sonido y la furia de quienes pensaron
que
todo lo tenían ganado y a fin de cuentas lo perdieron todo. Pues bien:
expertos en cosas de economía y finanzas me dicen que el 2007 pinta
igualmente bien, y que podemos empezar el año con una razonable dosis
de
optimismo. No pretendo con esto ilusionar a la República. ¿Quién soy yo
para
andar por ahí ilusionando repúblicas? Lo que quiero es apartarme de la
sombría tropa de escépticos y pesimistas que viven siempre ominando
males y
catástrofes. Hagamos a un lado a esos cenizosos arúspices y esperemos
con
serenidad y confianza los días venideros. En vez de preocuparnos
ocupémonos.
El esfuerzo de todos será la base del bien de todos... El niño hacía
una
tarea acerca de la Constitución. "¿Es cierto, papi -le pregunta a su
progenitor-, que todos los hombres nacen libres?''. "Sí, hijito
-responde el
señor con sorda voz-. Todos los hombres nacen libres. Pero luego se
casan
y...''... El señor llega a su casa del trabajo. Le dice a su señora:
"El
médico de la compañía me revisó de la cintura para arriba, y me
encontró tan
mal que me concedió medio retiro''. Le responde secamente la mujer: "Le
hubieras pedido que te revisara de la cintura para abajo. Te habría
concedido retiro completo''... Los escoceses, ya se sabe, tienen fama
de ser
excesivamente ahorrativos. El joven hijo de Jock MacCock le informó con
temblores en la voz: "Padre: le hice a mi pantalón un agujero en la
rodilla".
"¡Cor! -exclama Jock usando una conocida interjección de Escocia-. ¡Mi
abuelo usó ese pantalón, lo usó mi padre, lo usé yo! ¡Y tenías que ser
tú el
que lo rompieras!"... Unos cazadores iban a salir al campo, pero no
conocían
el terreno y temían perderse. Para colmo no encontraron guía. Un amigo
les
recomendó: "Lleven una paellera y todos los ingredientes necesarios
para
hacer una paella. Con eso no tendrán problema". Pregunta uno, sin
entender:
"¿Qué diablos tiene qué ver nuestro temor de perdernos en el monte con
eso
de llevar una paellera y los ingredientes para hacer una paella?".
Explica
el amigo: "Vamos a suponer que se pierden. No pueden hallar el camino
de
regreso, y no hay un ser viviente a 100 kilómetros a la redonda. Bien:
lo
único que tienen que hacer entonces es sacar la paellera, encender un
fuego
y ponerse a hacer una paella con los ingredientes que llevan. No
pasarán
cinco minutos sin que lleguen cincuenta tipos a decirles: 'Así no se
hace
una paella'"... FIN.