¿Qué pasa cuando dos equipos desorganizados y sin ideas se enfrentan en la Copa del Mundo? Igualan sin goles y salen abucheados de la cancha.
Francia y Suiza debutaron el martes en el mundial con un empate 0-0, en un partido de pocas llegadas, falta de comunicación y oportunidades desperdiciadas que abrió el Grupo G, que completan Togo y Corea del Sur.
STUTTGART, ALEMANIA
AP
El técnico galo Raymond Domenech pagó cara su táctica de alinear a Thierry Henry como único punta, y de dejar en la banca al artillero de la Juventus David Trezeguet a cambio del volante Franck Ribery, bautizado en Francia como el sucesor de Zinedine Zidane.
Ribery no se entendió para nada con "Zizou" y Henry, perdió numerosos balones dentro del área, envió pases a compañeros fantasma y no supo definir las pocas oportunidades.
El volante del Marsella salió a los 70 minutos por el delantero del Manchester United Louis Saha.
Zidane tampoco lució mucho mejor. El mediocampista, que anunció su retiro del futbol una vez termine el torneo, fue una sombra del mago que deleitó en el mundial de 1998, y se asemejó más al jugador entrado en años de la temporada pasada con el Real Madrid.
En el complemento, los franceses ya peleaban abiertamente entre ellos, y se vio a Zidane y Patrick Vieira en acaloradas discusiones.
Francia no supo aprovechar la presencia de Henry, goleador del Arsenal y uno de los mejores delanteros del mundo.
Solitario en la punta, Henry sucumbió ante la cerrada marca suiza, encabezada por su compañero en el club inglés Philippe Senderos. "Titi" Henry perdió pelotas que usualmente terminarían en la red, y los balones que tocó salieron desviados.
Los peligros fueron escasos y enredados.
Un centro de Sylvain Wiltord a los seis minutos pasó por la cabeza de Henry y terminó lejos del travesaño. Poco después, Ribery entró al área con ímpetu pero se enredó con el esférico, algo que le pasó en varias ocasiones.
"Les Bleus" tocaron la puerta a los 14 con un centro de Willy Sagnol que remató Vieira frente al arco, pero la pelota rebotó en el piso y salió elevada.
El primer intento de Suiza fue a los 19, un disparo de lejos de Tranquillo Barnetta que Fabien Barthez atajó sin problemas.
Henry, como gacela, persiguió otro pase largo de Zidane desde media cancha, pero nadie acompañó al cañonero y la jugada terminó en nada.
Suiza desperdició un gol cantado a los 24 minutos. Barnetta bombeó un tiro libre desde fuera del área, Senderos no llegó con la cabeza y Alexander Frei le alcanzó a poner el pie. La pelota pegó en el palo y el rebote le quedó al mismo Frei, pero con el arco vacío, pateó por encima del travesaño.
Lilliam Thuram habilitó a Senderos y Frei en la jugada.
En un microcosmo de su desempeño, Ribery entró solo por la banda derecha a los 38 minutos, y en lugar de encarar al arquero Pascal Zuberbuehle, la retrasó para un bien marcado Henry que no pudo hacer nada.
El segundo tiempo fue más de lo mismo, y Suiza nuevamente tuvo un gol pintado a los 65 minutos, cuando Daniel Gygax cabeceó a quemarropa un largo centro al área y la pelota rebotó en Barthez.
A los 90 minutos, Vieira bajó de pecho un centro y Vikash Dhorasoo arañó un palo con un balazo rasante.
Francia enfrenta el 18 de junio a Corea en Leipzig, y Suiza choca al día siguiente con Togo en Dortmund.
Estadio: Gottlieb-Daimley Stadion.
Alineaciones:
FRANCIA: Fabien Barthez, Willy Sagnol, Lilian Thuram, William Gallas, Eric Abidal, Patrick Vieira, Claude Makelele, Franck Ribery (Louis Saha, 70), Zinedine Zidane, Sylvain Wiltord (Vikash Dhorasoo, 84) y Thierry Henry.
SUIZA: Pascal Zuberbuehler, Philipp Degen, Ludovic Magnin, Philippe Senderos, Patrick Mueller (Johan Djourou, 75), Johann Vogel, Tranquillo Barnetta, Ricardo Cabanas, Raphael Wicky (Xavier Margairaz, 82), Alexander Frei y Marco Streller (Daniel Gygax, 56).
Domina el rojo
Desde primera hora de la mañana, las calles se llenaron de animosos seguidores suizos y franceses que en buena armonía se reunieron en torno a la estación central de tren y desde allí tomaron pacíficamente el centro comercial y de restauración de Stuttgart.
El rojo que vestían los seguidores suizos era el dominante. Camisetas con el lema 'Hopp Schwiiz' (Vamos Suiza), grupos de seguidores con la cruz blanca pintada en su cara, muchos cencerros y aficionados vestidos a la antigua usanza alpina.
Mucha cerveza corrió por la Konigstrasse. Decenas de jarras se apilaron en el empedrado, mientras los camareros no daban abasto ante las numerosas peticiones en un día especialmente caluroso en Stuttgart, con 28 grados de temperatura.
Los seguidores franceses, muchos con la camiseta azul, el número diez y el nombre de Zidane en la espalda, no iban a la zaga. Sin embargo, en las inmediaciones del parque Neckar, donde está situado el Gottlieb-Daimler-Stadion, los suizos volvieron a dejarse notar.
