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México, DF.- Denny Hamlin fue el ganador de la maratónica y tortuosa visita de la Nascar Busch al Autódromo Hermanos Rodríguez, que rondó las tres horas de duración y no se fue libre de ridículos episodios, que hicieron enardecer al público mexicano.
Lo que se ha intentado vender como las grandes ligas del automovilismo volvió a dar una lamentable exhibición en la catedral del automovilismo mexicano. Llena de banderas amarillas, la prueba resultó una farsa que el público no se tragó.
Y es que la Busch no pierde su esencia de serial de celosos granjeros americanos, que no soportan el éxito ajeno y, peor aún, que no están hechos para pistas de altas exigencias técnicas como el Hermanos Rodríguez.
Adrián Fernández y Michel Jourdain, los dos pilotos mexicanos más importantes de la última década y media, lo vivieron en carne propia, al ser víctimas de un campeonato que más bien es una lucha libre sobre ruedas.
Adrián aspiraba a grandes cosas en la soleada tarde de ayer en el circuito capitalino, pero no contaba con la falta de pericia de Jamie McMurray, quien en la vuelta 15, cuando el mexicano iba sólido en los primeros tres puestos, enseñó que lo suyo no son las pistas que requieren algo más que un monótono óvalo.
McMurray derrapó varias docenas de metros y terminó impactando a Fernández, quien fue proyectado hacia un camino de escape y, con el auto muy dañado, empezó a perder terreno con cuatro entradas a los fosos en los primeros 25 giros.
Aunque el público se enfureció con la torpeza de McMurray, eso no fue nada comparado con la ?asquerosa? maniobra de Kyle Busch sobre Michel Jourdain, quien se encontraba en la primera plaza.
Tras el giro 53, Michel Jourdain ya se encontraba en la primera posición, con grandes esperanzas de llevarse la bandera a cuadros en un escenario que domina con los ojos cerrados.
Sin embargo, en la vuelta 54, Kyle Busch se le ocurrió algo que ni el propio Ayrton Senna hubiera intentado. A la mitad de la peraltada, diseñada para grandes pilotos, para los Fórmula Uno, algo que Busch nunca será, le metió el auto por abajo, pese a que no había espacio para nada.
Michel fue proyectado hacia el muro, con el auto en deplorables condiciones para seguir. Por ello, el público arremetió contra Busch y no se cansó de insultarlo cuantas veces pasó por la peraltada.
El resto fue meramente un ejercicio de paciencia y tolerancia por parte de los más de 70 mil aficionados que se dieron cita en el Hermanos Rodríguez. Las nueve banderas amarillas, las trampas y las entradas sucias hicieron que la carrera terminara en un vaporoso tedio.
Denny Hamlin, piloto regular de la estelar Nextel Cup, completó las 79 vueltas al circuito de cuatro kilómetros en 2:58.59 horas, para su primer triunfo en la Busch. Boris Said, quien salió en la ?pole?, se quedó en el segundo sitio y Kevin Harvick reclamó la tercera plaza.
El mexicano mejor ubicado fue Carlos Contreras, quien se quedó con el undécimo sitio, Adrián Fernández terminó en 12, Jorge Goeters se instaló en 15, Rogelio López se colocó en 29 y Patrick Goeters, todavía en activo, fue 31.
Los abandonos fueron de Michel Jourdain, que concluyó en 38, Jimmy Morales apenas duró 35 giros y terminó en 39 y Carlos Pardo quedó fuera en la vuelta 26, para ubicarse en el puesto 42, el penúltimo.
