Trasladarán en helicóptero el féretro con restos del ex dictador hasta el cementerio Parque del Mar para la ceremonia fúnebre.
EFE
Santiago de Chile.- El cadáver del ex dictador chileno Augusto Pinochet fue depositado hoy sin ceremonias en el crematorio del cementerio Parque del Mar, de la localidad chilena de Concón, para su incineración, en el corolario de una larga jornada de exequias.
El ex dictador recibió honores militares en un funeral al que acudieron unas cuatro mil personas para despedir al fallecido general que fue calificado como "testimonio de una época" por el jefe del Ejército, Oscar Izurieta.
Mientras se celebraba el funeral, en otro punto de Santiago, frente al palacio presidencial de La Moneda y ante el monumento a Salvador Allende, organizaciones de derechos humanos y de izquierda participaban en otro homenaje, en recuerdo a las víctimas de la dictadura.
Con gritos, pancartas y banderas, los asistentes recordaron al presidente socialista que fue derrocado y murió en el cruento golpe militar que encabezó Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.
"Asesino, asesino", gritaron los asistentes en alusión al ex gobernante de facto (1973-1990), que murió el pasado domingo por problemas cardíacos.
Mientras tanto, en las exequias en la Escuela militar, se registraron momentos de tensión al llegar la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, que fue recibida con pifias e insultos que se extendieron a la ausente presidenta de Chile, Michelle Bachelet, por parte de seguidores de Pinochet.
Durante los discursos, los seguidores de Pinochet estallaron en aplausos y vítores cada vez que se mencionó el golpe de 1973 o cómo el ex dictador "derrotó al marxismo".
Una de las intervenciones más polémicas fue la de Augusto Pinochet Molina, uno de los nietos del fallecido, quien con uniforme de oficial, alabó a su abuelo por haber derrotado "el modelo marxista no mediante el voto, sino más bien, derechamente por el medio armado".
Las palabras del nieto de Pinochet generaron molestia en el Ejército y en el Gobierno; Blanlot pidió sanciones y no se descarta que el capitán sea dado de baja por la institución.
Tras la misa se desarrolló el ritual militar para despedir a Pinochet, cuyo féretro recibió los honores de una formación de cadetes, con los estandartes de los regimientos en los que sirvió durante su carrera.
El general Izurieta entregó una bandera de Chile plegada a la viuda, Lucía Hiriart, y posteriormente, el féretro, a hombros de ocho cadetes, cuatro a cada lado, fue llevado a un helicóptero del Ejército que lo transportó hasta el Cementerio de Concon, donde no hubo responso.
Los restos de Pinochet será incinerados y las cenizas entregadas a la familia, que las depositará en la finca costera de "Los Boldos", el lugar preferido del ex dictador en sus últimos años.
Un general del Ejército y un notario se quedaron en el cementerio y ambos serán los encargados de entregar las cenizas de Pinochet a su familia, aunque no se informó de cuándo se producirá.
En tanto, en el otro extremo de la ciudad, la presidenta Bachelet cumplió su agenda normal de actividades y visitó en una comuna popular al oeste de Santiago un proyecto tecnológico para pequeñas y medianas empresas.
Paralelamente, más de tres mil personas participaron en el acto de homenaje a Allende, organizado por agrupaciones de derechos humanos y el Partido Comunista.
Los manifestantes saltaron y celebraron en un verdadero carnaval alrededor de un ataúd negro que representaba el servicio fúnebre del ex gobernante de facto y se mezclaron consignas a favor de Allende y su gobierno con los epítetos contra Pinochet.
El punto más alto de la celebración fue cuando el grupo "Sol y Lluvia" empezó a cantar "Adiós General, adiós carnaval", que corearon todos los asistentes y que fue una de las canciones más emblemáticas contra Pinochet y su dictadura en los años 80.