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México, df.- El cardenal Norberto Rivera Carrera dedicó la oración de la Eucarística de la Pasión del Señor a los jefes de Estado, funcionarios públicos y gobernantes de México para que promuevan ?la paz verdadera, el progreso social y la auténtica libertad religiosa?.
El Papa Benedicto XVI ocupó también un espacio central en las intenciones de fe pronunciadas por el arzobispo primado de México, para que el pueblo cristiano progrese siempre en su amor a Dios y el sucesor de Juan Pablo II guíe a su feligresía en ese camino.
En el día en que se recordó la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, el jerarca católico sostuvo que a todos los hombres tarde o temprano les llegará la cruz y, como Cristo deberán aprender a cargarla, y sobre todo a amarla.
En una ceremonia a la que asistió una multitudinaria feligresía que llenó cada rincón del más importante templo religioso en esta capital, categoría que ocupa junto con la Basílica de Guadalupe, Rivera Carrera oró también por todos los obispos del pueblo de Dios y pidió por el aumento de los creyentes católicos.
La oración se extendió por los pueblos judío y cristiano; por los que no creen en Cristo para que puedan encontrar el camino de la salvación, y por los que no conocen a Dios para que actúen con bondad y rectitud, y puedan así encontrarlo.
En el, agregó el cardenal, hallarán descanso al saber que hay un solo Dios salvador. Rezó también por los presos, los afligidos y por quienes se ubican en los sectores más desprotegidos de la sociedad.
Llamó a los asistentes a reconocer que la celebración de la pasión del Señor no es un acto de desolación, sino de fe, ya que la suya es una cruz gloriosa porque permitió la salvación de los seres humanos y la posibilidad de resucitar y encontrar la gloria eterna junto a él.
El Evangelio central de esta ceremonia fue La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan, seguida de una reflexión y de la oración con las diversas intenciones mencionadas.
