EFE
Valencia, España.- El Papa Benedicto XVI llegó ayer a España, donde destacó la importancia de los valores familiares tradicionales, al comienzo de una visita a un país que ha disgustado al Vaticano por instituir reformas liberales, incluido el matrimonio homosexual.
El Papa defendió la postura de la Santa Sede sobre el matrimonio como una unión entre hombre y mujer. En declaraciones emitidas justo después de su llegada, Benedicto dijo que ?la familia es una institución insustituible, según los planes de Dios, y cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover para que sea vivida siempre con sentido de responsabilidad y alegría?.
?Mi deseo es proponer el papel central para la Iglesia y la sociedad que tiene la familia fundada en el matrimonio?, dijo Benedicto. El Pontífice abordó el asunto de los matrimonios entre homosexuales incluso antes de descender del avión que lo trasladó desde Roma a un encuentro internacional sobre valores familiares, que según los organizadores congregará a unos 1.5 millones de personas en ese puerto mediterráneo.
Acerca del papel del matrimonio entre homosexuales dentro de la sociedad, el Papa dijo a la prensa que, de acuerdo con la naturaleza humana, son el hombre y la mujer quienes fueron hechos el uno para el otro y para dar un futuro a la humanidad.
En el aeropuerto, el rey Juan Carlos, la reina Sofía y el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero recibieron al Papa. Una banda militar interpretó los himnos del Vaticano y de España.
Cientos de fieles asistieron al acto, con gorras amarillas y blancas, los colores del Vaticano, y dieron la bienvenida al Papa en su visita de 26 horas. La multitud aclamó al Pontífice cuando descendió del avión y avanzó sobre una alfombra roja.
En las calles de la tercera mayor ciudad de España, decenas de miles de personas formaron vallas para ver fugazmente a Benedicto XVI en el primer viaje como Pontífice a un país que su predecesor visitó en tres ocasiones.
Pese al ambiente festivo, la visita fue ensombrecida por el descarrilamiento de un tren subterráneo en Valencia, el lunes, que dejó 42 muertos.
En el recorrido por Valencia a bordo de su ?papamóvil? blindado, el Pontífice hizo una breve escala en el sitio del accidente.
El Papa oró por las víctimas y sus familias y colocó una ofrenda de rosas blancas frente a la estación del tren subterráneo que resultó afectada por el descarrilamiento y que recibió el nombre de una calle cercana llamada Jesús.
?La presencia de vuestra santidad entre nosotros trae un gran consuelo a todos y muy en particular a las familias que han perdido a sus seres queridos?, dijo el rey Juan Carlos en su discurso de bienvenida.
José Ramón Gonzálvez, un burócrata de 38 años de edad que vive en el vecindario cercano a la estación, dijo que ese gesto era ?una muy importante declaración de su apoyo a todos nosotros y una expresión de su amor?.
La gente reunida cerca de la estación entonó el nombre del Pontífice con el mismo ritmo del cántico usado para animar a la selección nacional de futbol.
El propósito del viaje papal, el tercero de Benedicto XVI al extranjero, es clausurar un congreso de nueve días que organizó el Vaticano sobre los valores de la familia.
Pero el Vaticano pareció irritado por la decisión de Rodríguez Zapatero de ausentarse de la misa del domingo que cerrará el congreso.
?La Santa Sede no invita a gobernantes a misa?, dijo el vocero papal Joaquín Navarro-Vals. Pero señaló que personajes de la izquierda como el presidente de Cuba Fidel Castro y el ex mandatario de Nicaragua Daniel Ortega han asistido a misas papales.
