EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El obispo de Torreón, José Guadalupe Galván Galindo, aseguró que hay una confusión en el caso del padre acusado de delitos sexuales en agravio de un menor de edad, ?cometió la imprudencia de jugar con él pero no se trata de un caso de pederastia?.
Como se informó en la edición de ayer miércoles, un sacerdote católico que enfrenta cargos por su probable responsabilidad en la comisión de un abuso sexual contra un menor de ocho años, se vio beneficiado con la recategorización del delito por parte del titular del Juzgado Primero del ramo penal, Octaviano Sánchez Sánchez.
Atentados al pudor con violencia, es el delito que señaló el Ministerio Público y señala como probable implicado a Carlos Franco Hernández, de 40 años, párroco de la iglesia de Congregación Hidalgo.
Al respecto, el obispo de Torreón dijo: ?el padre fue a casa de una vecina y pues comenzó a jugar con el menor, pero no con intenciones de violencia ni de atacarlo contra el pudor, fue un juego que le provocó moretones en el cuerpo del niño, y la mamá estaba en su derecho de imaginarse cosas peores?.
Dijo que el caso ya se trató ante los tribunales, ?pero el padre demostró, con testigo de la misma vecina a quien visitó, que nunca estuvo solo con el niño y eso ya está en manos de los juzgados. El caso no se está ocultando ni negando, pero el sacerdote acusado se defendió?.
De acuerdo al obispo, la opinión del juez no depende de él ni del sacerdote, ?hubo pruebas que demostraron que no era de la gravedad de lo que lo estaban acusando. La Iglesia no lo ocultó sino que el sacerdote tuvo la valentía de enfrentarlo y se defendió?.
Durante el transcurso del juicio, dijo, el padre se mantuvo en el ejercicio de su ministerio, ?nos pueden acusar de muchas cosas pero también tenemos derecho a defendernos como cualquier ciudadano?.
Cuestionado sobre la imagen de la Iglesia, luego de este caso y el otro ocurrido en Cuencamé, Durango, en donde un sacerdote también fue acusado de atentados al pudor, el obispo dijo, ?son casos distintos, el que corresponde a mi diócesis no se trata de un acto de pederastia porque no hubo ninguna intención y el padre lo probó ante los tribunales. Sobre el otro asunto, le toca a la Diócesis de Durango emitir una opinión?.
Derechos
?Nos pueden acusar de muchas cosas pero también tenemos derecho a defendernos como cualquier ciudadano?,
José Guadalupe Galván Galindo,
obispo de Torreón