Lisboa.- Una mujer portuguesa que dejó morir de hambre a su hijo discapacitado de seis años y ahora se dedica a cuidar niños fue condenada a ocho años de prisión por ese delito, que cometió en 1988.
El juez Enidio Santos, del tribunal de Leiría, en el centro de Portugal, que juzgó el caso, decidió que la mujer, no identificada, actuó de forma voluntaria cuando dejó de alimentar a su hijo, fallecido el 3 de mayo de 1988 tras meses de agonía.
Poco después de los hechos la mujer escapó a Andorra y el padre del niño fue condenado a dos años de cárcel por abandono de la criatura, pero obtuvo la suspensión de la pena.
El año pasado la acusada, contra la que existía una orden de captura, se presentó voluntariamente ante el tribunal y se estableció en la localidad de Marinha Grande, unos 160 kilómetros al norte de Lisboa, donde vivía de efectuar trabajos esporádicos de cuidado de niños y limpieza.
El médico que hizo la autopsia del niño constató que el cadáver de H.R. era sólo piel y huesos, sin ninguna masa muscular, y dictaminó que evidenciaba haber padecido durante varios meses la falta de una debida alimentación que le produjo la muerte.
El fiscal había solicitado una pena de 13 años de prisión para la mujer, que tenía 25 años cuando sucedieron los hechos, y en sus alegaciones finales argumentó que cometió "un crimen bajo y vil".
Por su parte el abogado defensor alegó que la sociedad tuvo parte de responsabilidad por la miseria en la que vivía en aquel tiempo la acusada.
