EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Negocios que suelen reincidir en la venta de bebidas embriagantes fuera de horario siguen abiertos sin ningún problema y a pesar de que en varias ocasiones han sido sorprendidos por las autoridades, no reciben ninguna sanción.
Además de esto, falta comunicación entre la Presidencia Municipal, sobre todo de Alcoholes para con las corporaciones policiacas, pues la Policía Ministerial lleva mucho tiempo pidiendo una relación de los diversos giros y horas de cierre de los negocios donde se vende alcohol sin recibir respuesta.
?En el caso de El Padrino, sabemos que cierran hasta que amanece y nosotros sí quisiéramos que nos expliquen cómo está ese asunto porque no sabemos hasta qué hora tiene permiso de cerrar porque esos lugares se supone que cierran a más tardar a las dos?, dice el comandante de la Policía Ministerial, Samuel Lobato Velásquez.
Dicha autoridad comentó que era interés de la corporación el atacar el clandestinaje pero que había algunos negocios como éste que caen en irregularidades pero que al no tener un documento donde especifiquen su giro y horario de cierre, esto limita de cierta manera sus acciones aunque aseguró que ya han reportado esta situación.
El agente del Ministerio Público, Rolando Anaya Araujo, ha comentado en reiteradas ocasiones que Alcoholes es quien ?debe apretar?, sin embargo al titular de este departamento, Isaías Díaz Pérez, no se le localiza a una hora específica en Presidencia y tampoco ha sido muy notorio el trabajo que realizan los inspectores, pues no se han clausurado lugares por irregularidades hasta el momento y la mayoría de los decomisos los han hecho elementos de la Policía Ministerial y en otros tantos lugares han sido sorprendidos en dichas anomalías por policías de la DSPM.
Como si nada
Negocios como el Willyfe, ubicado en la carretera antigua a San Pedro, justo en el entronque, siguen vendiendo cerveza fuera de horario.
*Hasta el momento nada se ha hecho en contra de la venta de cerveza en domicilios particulares donde basta que los propietarios cierren la puerta en la propia cara de los inspectores para que éstos no puedan hacer nada.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón