El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- En el año 2006, el Horario de Verano comienza el domingo dos de abril y termina el 29 de octubre. Pedro Ocio Moreno, delegado regional del Fide, recomienda que el sábado previo al cambio, y antes de retirarse a descansar, la gente ajuste una hora los relojes, adelantando al principio y atrasando al final, para amanecer con el nuevo horario sin preocupaciones o molestias.
De acuerdo al delegado del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), el objetivo del Horario de Verano es hacer uso racional de la luz solar durante los meses de mayor insolación, para así obtener una reducción en el consumo de energía eléctrica para iluminación, equivalente a una hora de luz artificial por las noches, y tiene su mayor impacto en el sector doméstico.
En México, el sector doméstico consumió, en 2004, el 25 por ciento del total de la energía eléctrica que comercializó el sector eléctrico en el país. La aplicación del Horario de Verano modifica la hora de encendido de la luz en las horas de mayor demanda de electricidad (de siete a diez de la noche), es decir en las llamadas horas pico.
Pedro Ocio Moreno explica del impacto en el consumo y la demanda de energía eléctrica: durante las horas pico, los costos para producir electricidad son más elevados, en gran medida porque es necesario aumentar la capacidad de generación con algunas plantas eléctricas que operan con los costos más altos.
La aplicación del Horario de Verano significa, para el sector eléctrico, un desplazamiento de las horas pico, o demanda máxima de electricidad, a la par de una reducción en la misma, lo que permite diferir las inversiones que año con año se realizan en el país para atender las necesidades de energía eléctrica.
Entonces, con el Horario de Verano se desplaza una hora la demanda de electricidad para iluminación, es decir, la luz artificial en los hogares se comienza a usar una hora después y consecuentemente, una hora menos por las noches. Esta situación puede parecer poco perceptible en el recibo de energía eléctrica de cada consumidor doméstico, sin embargo, es la suma de las reducciones en el consumo de cada uno de los 23.7 millones de hogares del país, lo que arroja beneficios considerables en materia del cuidado de energéticos.
Con el objeto de evaluar los impactos energético y ambiental del Horario de Verano en México, el Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) analiza la información proporcionada por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), dependiente de la CFE; y las mediciones puntuales en las instalaciones de 613 usuarios domésticos, comerciales e industriales distribuidos en el territorio nacional.
Estos estudios han permitido comprobar que se registra una disminución en el consumo de energía eléctrica en todo el Sistema Eléctrico Nacional, y que, además esta disminución apunta, fundamentalmen-te, al sector doméstico, lo que quiere decir que los usuarios de casas-habitación utilizan menos la iluminación artificial durante el Horario de Verano, y esto reporta beneficios concretos en los ámbitos energético y ambiental.
Ahorro de energía
El Horario de Verano contribuye a disminuir el consumo de energía eléctrica en alrededor de mil millones de kilowatt hora anuales. La reducción en el consumo de energía eléctrica que se ha acumulado durante los primeros diez años de aplicación -1996-2005- equivale a la electricidad consumida por los 24.6 millones de hogares del país durante más de catorce semanas.
?Equivalen a la electricidad que consumirían 21.18 millones de focos de 60 watts encendidos perma-nentemente durante un año. Si estos focos estuvieran alineados, formarían una línea recta de mil 278 kilómetros de longitud?, dice Ocio Moreno.
Y señala que, gracias a la reducción de la demanda de energía eléctrica durante las horas pico, se difieren inversiones por más de diez mil 340 millones de pesos, que equivalen al costo de una central generadora con capacidad para encender simultáneamente 21.18 millones de focos de 60 watts.