Carlos Fuentes nos acaba de regalar (al mundo y principalmente a los mexicanos) una nueva y padrísima novela: “Todas Las familias Felices” no cabe duda que es un retrato de nuestras tradiciones, triunfos y desgracias, mas sin embargo, esta novela de Fuentes no logra evidenciar el triunfo de otras familias en México y ni siquiera Mario Puzo con “El Padrino”, Don Carlone imaginaba que en México la mafia de políticos rebasara en mucho al ilustre personaje de su novela.
En México la tradición en la política es formar pandillas que les llaman partidos políticos, gavillas de rufianes que impunemente roban a manos llenas y promueven la corrupción en todas formas habidas y por haber.
Los grupúsculos de poder que existen en nuestro país son pocos, pero con ésos basta y sobra, familias enteras herederas de fortunas labradas en su mayoría bajo oscuros negocios, le llaman “riqueza inexplicable” que la verdad es más clara que la piel de un niño sano de tres meses de edad y esa riqueza es la base del imperio de fortunas que se labran con los robos y tráfico de influencias que en vez de desterrar se posesiona cada vez más de México que es un país lleno de disparidades y paradojas con familias acaudaladas y no propiamente metidas en la mafia de la droga o el narcotráfico, ¡No! sino en la política y negocios sucios.
Ahora que Carlos Ahumada saca a la luz algunos de los trucos usados en contra del “Peje” para ponerle piedras en el camino salen a relucir en la podredumbre que no sólo estaba el PRI sino parece que el PAN ha refinado, corregido y aumentado la corrupción los lazos de hibridación.
Pero ahora en los lazos políticos “familiares” entre el panista e inefable Diego Fernández de Cevallos y el orgullo de los priistas Carlos Salinas de Gortari, una líder de siete suelas llamada Elba Esther Gordillo nace un híbrido político que ya lo quisiera Dante como vigilante del averno.
Las familias políticas en nuestro atávico y folclórico país se heredan, si no que le pregunten a los líderes charros, el caso de Napoleón Gómez Urrutia, a la misma Elba Esther Gordillo y a Carlos Romero Deschamps, sólo por citar unas familias tenebrosas del sindicalismo corporativismo, líderes agachados y antiobreros que ambulan en los pasillos del palacio. Nuestra floja y grande familia llamada Congreso de la Unión, con más de 600 personajes que sólo levantan el dedo, eso sí todos felices.
¿Qué decir de la familia feliz que compone el incorrupto IFE? Con cuatro panistas de hueso colorado y cinco priistas impuestos por Carlos Salinas, ¡de ese pelo son nuestras instituciones!
Veamos: del PAN es Rodrigo Morales, Teresa González, Andrés Albo y Arturo Sánchez y del PRI lo encabeza el jefe presidente (consejero) Luis C. Ugalde, Marco A. Gómez, Virgilio Andrade, doña Alejandra Latapí y Lourdes López. Sin comentarios con esta bonita familia y con sueldos que van desde los 187 mil pesillos al mes hasta los 284 mil. Aquí a los (prianistas) por aquello del parián donde se vende y se compra y los políticos que los nombraron poco o nada les importó y valió las leyes y artículos que marca el Cofipe.
Roberto Madrazo impuso sus huestes y de esa manera funcionó y sigue funcionando la democracia en México. Lo de Carlos Ahumada dándole billetes al corrupto de Bejerano es sólo la punta de iceberg, así como el video mostrado en días pasados que dura sólo 11 minutos donde evidencia a los jerarcas del PAN incluyendo al mismo presidente Fox, ¿por qué no creerle a Carlos Ahumada ahora, si cuando hablaba mal de la gente del “Peje” sí le creían? Lo que se grabó fueron más de 40 horas.
Las familias felices y caras bonitas que vemos en la política nacional -casi en su totalidad se han labrado en las tinieblas- han dejado desastres inimaginables. Al azar podemos citar la familia de cualquier ex presidente o ex gobernador y ver que quedan y viven como potentados, con negocios familiares, con propiedades que ni sus bisnietos se acabarán. Esa señores son las familias bonitas incluyendo la misma familia presidencial con los hijos postizos del presidente Fox como ejemplo y ¿cómo quedará el “cuñado incómodo” de Felipe Calderón ahora que a Calderón le den permiso de sentarse en la Silla del Águila? Bueno este parece ser nuestro destino testamentario, con epitafios dignos de un imperio lleno de corrupción.
Pero no todo está perdido en la casta divina, ya que aún existen políticos que según ellos la fortuna la hicieron en pocos años vendiendo chicles y cantando en los camiones, el caso de Arturo Montiel y sus hijos. Que usted amigo lector la pase bien.
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