POR NIRIA RAMOS MARÍN
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los compositores latinoamericanos son muy talentosos, eso fue lo que demostró Manuel de Elías en el concierto del viernes por la noche, en el cual estuvo como director huésped de la Camerata de Coahuila.
Varias personas comenzaron a llegar al Teatro Nazas antes de las 8:30 de la noche, pues previo a cada concierto Miguel Ángel García imparte una amena charla acerca del programa que se tocará. En esta ocasión, apoyado con una pantalla, García proyectó imágenes de los autores y explicó el contexto en que fueron escritas las piezas y la corriente de la que forman parte todos los compositores seleccionados para el concierto.
Después, ya en la sala los músicos tomaron su lugar y el maestro De Elías salió al escenario y recibió el primer aplauso de la noche, al cual le siguió la pieza Punto y Tonadas de Carlos Fariñas, cubano de nacimiento y que en esta pieza buscó transmitir la forma campesina cubana con una estructura contemporánea, lo cual la Camerata de Coahuila logró a la perfección.
La pieza tiene un sonido contagioso que dista mucho de lo que usualmente se presenta en los programas clásicos, pero que consiguió ofrecer un momento muy agradable.
Lo que le siguió a Fariñas fue Variaciones sobre Doce Segundos Tristes, una de las mejores piezas de la noche y que lamentablemente sólo dura diez minutos. Esta obra logra transmitir el virtuosismo de su autor Andrés Posada, que ?plasma? en esta obra una serie de sonidos basados en imágenes visuales.
La tercera pieza fue uno de los dos estrenos mundiales prometidos para la noche: la Sinfonietta III de León Biriotti, que en manos del maestro De Elías dejó de manifiesto el afán del compositor uruguayo por rescatar valiosas partituras que han sido enterradas por varias generaciones.
Después del intermedio, la Camerata de Coahuila interpretó Musicamera Op. 8 No. 2, del brasileño Marlos Nobre, cuya pieza es clave en la música clásica brasileña de la segunda mitad de este siglo. La obra del panameño Roque Cordero, estuvo presente con el Adagio Trágico para Cuerdas.
Finalmente De Elías estrenó la pieza que escribió para el maestro Ramón Shade y la Camerata de Coahuila, que fue el Divertimento Concertante en Tres Movimientos, muy cuidada, en la cual todos y cada uno de los instrumentos tienen su espacio para sobresalir.
Esta obra fue dirigida con pasión por el director invitado, y la orquesta en todo momento estuvo al pendiente de lo que sucedía en escena, este momento fue especial pues se vivió una tensión positiva y una concentración diferente, que daba la sensación de que cualquier cosa podía pasar en ese instante. Todo esto dio como resultado una noche muy latina y compleja, pero definitivamente quedó claro que los compositores latinoamericanos tienen una propuesta definitiva y sólida, lo cual fue aplaudido por los espectadores entre los que se encontraba el mismo director artístico de la Camerata, Ramón Shade, quien desde la tercera fila aplaudió el esfuerzo de esa noche.
