A Édgar Alberto le ha dejado muchas enseñanzas el participar en el acto religioso.
Gómez Palacio, Dgo.- Como es ya una tradición en la colonia Santa Rosa, ayer los niños también dieron muestras de fe al participar en el Vía Crucis viviente que se lleva a cabo durante los últimos cinco años, un día antes de la escenificación a cargo de los adultos.
A sus 14 años de edad, Edgar Alberto Macías Chávez lleva dos ocasiones en las que interpreta al personaje de Jesucristo, mientras que en las otras tres se había sumado a la escenificación encarnando otros papeles.
Antes de su partida para realizar el recorrido acostumbrado, el joven estudiante de secundaria dijo que formar parte de este acto religioso le ha dejado muchas enseñanzas, pero la más importante es el reconocimiento del sufrimiento de Jesús para salvar a la humanidad, ?la que ahora nosotros debemos valorar con buenos actos?.
?Todo esto me ha servido para conocer más de Cristo y unirme más a la Iglesia, ojalá que esto lo tomaran en cuenta todos los jóvenes de mi edad, para que se alejen de conductas que les hacen daño y podrían dejarlos marcados para siempre?, expresó.
Para Edgar Alberto, su mayor ilusión es continuar sus estudios y llegar a formar parte de la academia de la Policía Federal Preventiva, ?aunque creo que haciendo todo esto puedo estar cerca de Dios y lograr todo lo que me proponga?.
Al igual que él, otros 40 niños, niñas y jovencitos se suman a la escenificación del Vía Crucis viviente, para el que previamente se preparan con los ensayos y en el que momentos antes de iniciar, muestran su nerviosismo pero también su inquietud porque la gente que acuda a presenciarlo tenga en cuenta el sacrificio de Jesucristo.
Los organizadores de los oficios de Semana Santa en la colonia Santa Rosa, señalaron que desde hace cinco años se decidió hacer un Vía Crucis con menores porque éstos demostraban mucho interés e incluso querían sumarse al que es representado por los adultos desde hace 50 años en este sector de la ciudad.
De esta forma, se dieron a la tarea de organizar al grupo y después de cinco años, éste se ha convertido en una tradición que se vive por las familias de la colonia e incluso de otros sectores de Gómez Palacio, del que acuden especialmente para ver la actuación de los pequeños.