EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Para Adela Rodríguez y sus vecinos, es común el cuadro desalentador que diariamente se observa en las calles del Barrio San Luis: jóvenes drogándose a plena luz del día bajo la mirada acusatoria de quienes no aprueban ese espectáculo.
Adela, de 50 años de edad, es una de las personas que por azares del destino le tocó vivir ahí desde pequeña. Dice que no ha podido dejar el sector debido a que la casa donde habita se la heredaron sus padres ya fallecidos.
Platica que este lugar no era tan problemático cuando era muy joven. ?Qué esperanzas?, comenta para luego relatar que el problema de drogas ha venido con ?estos tiempos modernos?.
Este sector es muy conocido por los sampetrinos por la ola de escándalos que se suscitan debido a que muchos de los jóvenes que ella conoció de niños, ?ahora consumen cualquier tipo de droga y hasta la venden?.
Cercana al Panteón Municipal, esta unidad habitacional es muy visitada por los viciosos de otros lugares, pues saben que cualquiera de sus habitantes saben quien la distribuye.
A plena luz del día, muy de mañana y hasta que cae la tarde, los jóvenes se juntan en las esquinas y ahí se la pasan hasta que llegan otros para hacer una ?bolita?.
La gente que como ella desaprueba dicha situación, se ve en la necesidad de rodear para no pasar por el grupo de muchachos tatuados hasta el ?copete?, para no ser molestados. ?Aunque los que fastidian a más no poder son los que vienen de otros barrios y ellos prefieren incomodar a las jovencitas?.
Para las familias de este lugar no es raro ver a los muchachos con jeringa en mano pasando por vía intravenosa la droga. ?Lo que nos preocupa son los niños, a quienes se les hará común observar esas escenas que repetirán, si la autoridad municipal no hace nada para evitar esta situación?.
EL ESPECTÁCULO
En el Barrio San Luis es común ver cuadros deprimentes de jóvenes ingiriendo y hasta inyectándose alguna droga.
Hay gente que vive en ese sector y que no aprueba esta situación.
Lamentan que sea una práctica común que se da bajo el auspicio de las autoridades, pues no hacen nada por acabar con el problema.
Muchos jóvenes de otras zonas acuden al lugar para comprar droga.
Todos saben quién la distribuye, pero no dicen nada porque es algo muy común en este lugar.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón