Reitera el ministro francés su disposición al diálogo sin ningún condicionamiento "a priori y sin tabú" con los agentes sociales.
París, (EFE).- El primer ministro francés, Dominique de Villepin, se mostró hoy abierto a un diálogo sin ningún condicionamiento "a priori ni tabú" para salir de la crisis del Contrato de Primer Empleo (CPE), llamó a la calma y calificó de "conjeturas y pura fantasía" los rumores sobre su posible dimisión.
El presidente francés, Jacques Chirac, "me confió una misión", la de librar la batalla por el empleo, "y la libraré hasta el final", afirmó Villepin, en su novena rueda de prensa mensual.
Con una impopularidad a niveles récord y muy debilitado por la crisis sobre este contrato para menores de 26 años, que lanzó sin concertación y cuya revocación antes del próximo día 17 es exigida por los sindicatos de trabajadores y estudiantes, Villepin quiso mostrar que las riendas del Ejecutivo siguen en sus manos.
Incluso se proyectó hacia el futuro al anunciar que, pasada la crisis del CPE, abrirá tres nuevos frentes de reforma: la seguridad de los recorridos profesionales, la lucha contra la pobreza y la exclusión, y el reforzamiento de los vínculos entre la universidad y el mercado laboral.
Mientras militantes anti-CPE multiplicaban las operaciones de bloqueo de carreteras, trenes e incluso los accesos al aeropuerto parisino de Orly, Villepin llamó a la calma y apeló a la "responsabilidad" de todos para que los estudiantes vuelvan a universidades e institutos y puedan preparar los exámenes.
La prioridad "inmediata" es salir de esta crisis para "recuperar la serenidad y la unidad de todo el país", recalcó.
Preguntado sobre las conjeturas sobre su dimisión que él mismo fomentó con lapsus o declaraciones ambiguas, el jefe del Gobierno conservador eludió un "no" directo, pero afirmó que librará "hasta el final" la batalla por el empleo que le ha encargado su mentor.
También trató de contrarrestar la percepción de que ha quedado fuera de juego en la búsqueda de una salida a la crisis, dado que son los líderes parlamentarios de la gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP) los que llevan la batuta en el diálogo iniciado ayer con los sindicatos de trabajadores y estudiantes, y la patronal.
Villepin explicó que optó por una proposición de Ley para resolver la crisis, por la necesidad de avanzar "rápidamente".
Y aseguró que, al final del diálogo entre los líderes parlamentarios de la UMP y los agentes sociales, "sacaremos juntos las conclusiones y, bajo la autoridad" de Chirac, "escogeremos las opciones necesarias para combatir el paro".
En una intervención televisada el pasado viernes, Chirac anunció la promulgación de la ley de igualdad de oportunidades que crea el CPE pero pidió que éste no se aplique hasta que se modifiquen sus dos puntos más controvertidos por medio de una nueva ley.
Chirac pidió reducir a la mitad, a un año, el período de prueba y que se justifique el despido durante ese tiempo.
Si bien Villepin ofreció un tímido "mea culpa" en la crisis -quería obtener "resultados rápidos" para el empleo de los jóvenes-, volvió a defender el CPE como "una herramienta" para ese fin.
Pero se declaró dispuesto a escuchar y examinar "todas las propuestas" que están sobre la mesa en el diálogo sin ningún condicionamiento "a priori y sin tabú" con los agentes sociales.
Sin embargo, preguntado sobre si el CPE está muerto, como creen muchos, pidió "no prejuzgar" el resultado de las conversaciones y "evitar las conclusiones precipitadas", y esquivó la pregunta de si estaría dispuesto a retirar el contrato si los sindicatos aceptan que la "flexibilidad" es necesaria para dar un empleo a todos.