EL PAÍS
LA HABANA, CUBA.- ?De transición a la democracia, como la quiere EU y el mundo occidental, nada?. Lo dijo alto y claro el presidente en funciones de Cuba, Raúl Castro, al clausurar un congreso sindical en La Habana, el primer gran acto político interno en que participa en sustitución de su hermano Fidel.
Según el segundo hombre de la jerarquía cubana, la transición que pide Washington para la isla no es otra cosa que ?un vergonzoso retorno a la basura del capitalismo neocolonial que impusieron en este país? hasta 1959. Dicho esto, y confirmada una vez más la línea del socialismo cubano, el discurso de Raúl Castro fue directo, breve y nada complaciente con la burocracia y los errores propios.
El jefe del Ejército cubano identificó como una de las causas de ?los hechos de corrupción y robo, de las ilegalidades e indisciplinas laborales?, que los trabajadores no se sienten dueños de los medios de producción; pero, consideró, no se puede echar la culpa de esta situación únicamente a ?la huella negativa? dejada por la crisis de los noventa y por las reformas entonces ?adoptadas en el esfuerzo de que el país sobreviviera?.
Raúl Castro pidió a los dirigentes ser autocríticos y ?escuchar? las reclamaciones de la gente en los centros de trabajo, ?aunque no agrade lo que nos digan?. Para estar a la altura de los tiempos que corren, reclamó, además, a los cuadros políticos desbrozar de burocracia y formalismos la actividad sindical, ?eliminar lo superfluo y concentrarse en lo realmente decisivo?, no hacer perder tiempo a la gente y criticar siempre ?cara a cara las actitudes incorrectas?.
Sus palabras, salpicadas de referencias a discursos y pensamientos de Fidel Castro, duraron poco más de 30 minutos y se centraron en los problemas y las ?deficiencias? internas más que en los ?éxitos?, haciendo buenos los análisis de aquellos que en Cuba aseguran que Raúl es un hombre ?pragmático?.
Ayer, Raúl Castro recibió en el Palacio de la Revolución, al primer ministro de Rusia, Mijail Fradkov, quien inició una visita oficial a Cuba para firmar varios acuerdos financieros y comerciales con su antiguo socio de la Guerra Fría. Fradkov es el funcionario ruso de mayor rango que visita Cuba desde el viaje del presidente Vladimir Putin en 2000.