Hallan restos de la cultura que floreció entre los años 500 al 700 d.C. en Baja California Sur en el poblado de Buenavista, a 15 kilómetros de Rosarito.
NOTIMEX
México.- El descubrimiento de una ofrenda que contiene el esqueleto de un niño y de un perro de gran tamaño, en Baja California Sur, constituye un hallazgo único que abre la posibilidad de generar nuevas interpretaciones acerca de este tipo de costumbres funerarias de la cultura llamada Joyana, que floreció en la región entre los años 500 al 700 d.C.
El acontecimiento ocurrió hace dos años en el poblado de Buenavista, a 15 kilómetros de Rosarito, en dicho estado.
Así lo señaló Danilo Drakic, a través de su trabajo de investigación "Costumbres funerarias en las costas de Baja California".
Allí, el especialista presenta los avances de una serie de estudios realizados en un entierro encontrado en el poblado de Buenavista, el cual contiene los restos óseos de un niño y de un perro, además de metates fragmentados y algunas herramientas rudimentarias, que de acuerdo con las investigaciones eran muy importantes para ellos.
Drakic detalló que se trata del primer entierro que presenta esta asociación, pues en otros casos se han encontrado ambos elementos por separado; además, se trata de una especie de canino del cual tampoco se tienen referencias, ni en Baja California, ni en el resto del país.
"Es un perro de 80 centímetros de largo con rasgos identificados sólo en caninos europeos, lo que nos hace pensar que se trata de uno de los ejemplares que llegaron al Continente con las primeras oleadas de seres humanos", expresó.
Añadió que de comprobarse esta teoría, se abriría una posibilidad más acerca del poblamiento de América, al establecer una ruta marítima proveniente del centro del país y no sólo del norte del Continente, como se ha manejado hasta el momento.
Acerca del tamaño del animal, Drakic resaltó que se trata de un ejemplar con una talla muy grande para el promedio de caninos localizados en México, con lo que el descubrimiento cobra mayor importancia, pues aportará nuevos datos acerca del desarrollo de los perros en el país.
Agregó que "al estar asociados los restos del niño y el animal con un rito funerario, que se define por los elementos que se encontraron en el sitio y porque se nota que hubo un rito durante el entierro, podemos concluir que se trata de una representación de la visión cosmogónica que ellos tenían del paso de la vida a la muerte".
"Hasta antes de este hallazgo sólo teníamos la referencia iconográfica de esta visión de la cultura joyana acerca de la muerte, en la cual el perro acompañaba al difunto en su viaje al inframundo", dijo.
Añadió que además, esta asociación de un individuo con un animal, en particular con un perro, existía sólo en el centro del país, por lo que constituye la primera referencia en el norte de México.
"Desafortunadamente, al momento de trabajar en el sitio nos encontramos con que algunos de los elementos ya habían sido intervenidos o cambiados de lugar, quizá con la idea errónea de encontrar algún tesoro, por lo que no podemos estar seguros de que esa sea la posición original. Por ello, aún es muy pronto para hacer ese tipo de conjeturas, pues sólo los estudios posteriores definirán este aspecto", manifestó.